febrero 26, 2007

RESEÑA
Sonic Youth @ Salón 21, 24 de febrero, 2007


Desde que Sonic Youth se presentó en México hace dos años ansiaba volverlos a ver. Sentir otra vez el rush de adrenalina provocado por su música. Al parecer no era el único erizo.

En punto de las 9 de la noche, un abarrotado Salón 21 gritaba a todo pulmón "¡Sonic Sonic Sonic!". Nadie podía esperar más, como junkies sufriendo síntomas de abstinencia. Lástima por los pobres metaleros que subieron de abridores. A los cinco minutos de tocar una sola nota (creo que habían prendido una licuadora), el Respetable los había abucheado y recordado a sus mamaces. Hasta sus mamaces los mandaron al diablo. Ellas también querían ver a Sonic Youth. De metaleros pasaron a emo y salieron sin poder siquiera decir quienes eran.

El "¡Sonic Sonic Sonic!" continuó hasta que por fin se apagaron las luces y aparecieron los neoyorquinos. Sin decir agua va comenzó la noche. Los brazos se alzaron al sonido de Incinerate y el piso comenzó a cimbrarse. Las niñas que pacientemente habían esperado fueron aplastadas, los tennis sueltos volaron, los hitters se encendieron como locomotoras. A través de las gotas de sudor y cientos de cabezas se alcanzaban a ver sus iluminadas figuras.

Thurston, el niño largirucho y encantadoramente salvaje. De cabello desenfadado y camisa de satín blanco jugando a tocar la guitarra, accidentalmente dándole a las notas correctas. Lo sé porque incluso cuando la guitarra está rechinando contra los amplificadores o volando por el cielo, suena a paraíso. Siendo el chico cool, OBVIO tenía que salir con la chica chida:

Kim, el sueño húmedo de todo adolescente, adulto y adulto en plenitud. Coqueta, rebelde, enfundada en un vestido dorado. Hastiada de la escuela que no le ofrece ningún reto, se muerde las uñas para tocar mejor el bajo. Con el fleco cubriéndole la cara nadie osa molestarla. La última vez que la maestra pidió su atención, Kim le escupió un recorte de uña directo al ojo.

Lee es el cerebro del grupo. Maquinador, perversamente secundario. Deja brillar a sus amigos para, desde la sombra, descubrir las cosas que se prenden y apagan en el corazón de las personas. Lo ha estudiado tanto que puede hacerlo a voluntad con un poema hecho rock puro. Para Lee, Kim y Thurston, la lealtad lo es todo. Por eso se juntan con

Steve, el noble. Sus brazos musculosos adoran golpear. Golpear los tambores con precisión quirúrgica. Como un guardaespaldas, Steve protege a sus valedores a cada paso. Sin él, tal vez perderían la mesura.

Cuatro alucinaciones endemoniadas, más un guitarrista invitado.

"¡Sonic Sonic Sonic!" les gritábamos. Y ellos, sabiéndose alabados, se tomaron la libertad de hacer lo que se les hinchó la gana. Además de Teenage Riot y Bull in the Heather tocaron las rolas más densas, oscuras y punketas de su repertorio. A diferencia del primer show no venían a convencer, sino a terminar de conquistarnos. Clavados en sus posiciones, nos aventaron casi completo el nuevo disco: Reena, Do You Believe in Rapture, James Run Free, What a Waste y Rats, en voz de Ranaldo, sorpresivamente la mejor de la noche. El resto fue una selección exclusiva para verdaderos convertidos al youthismo.

Una minúscula hora después se despidieron. El "¡Sonic Sonic Sonic!" engulló al Salón 21 hasta que regresaron, enjuagaron y repitieron. A la tercera ya no jaló el toque (mágico de los gritos) y fue como el final malviajante de Requiem for a Dream. Dos encores no bastaron, nada podría haber bastado.

Es un truco viejo y probadísimo: Dale al niño un dulce. Haz que lo saboree, haz que lo desee. Quítaselo. Dáselo de nuevo, pero déjalo añorando esa primera vez. La fórmula perfecta para una adicción.

Nunca había visto un público tan urgido, y para cuando se encendieron las luces todos estábamos en la calma y felicidad de haber conectado un poco de nuestra droga preferida. El golpe fue delicioso, pero apenas dos días después ya siento los escalofríos: quiero más más más, Sonic Sonic Sonic...

febrero 24, 2007

EN BUSCA DEL SONIDO PERDIDO
All of a Sudden I Miss Everyone, Explosions in the Sky



...el invierno se ha ido, pero hay destellos que nos recuerdan su caricia...



El ímpetu de la melancolía: seis himnos componen el nuevo disco de Explosions in the Sky donde no se ofrece nada nuevo, no hay intensidades deslumbrantes... pero no estoy hablando de defectos. El horizonte musical de Explosions in the Sky se compone de los sencillos acordes heredados de Fripp/Eno/Budd/Sylvian/Sigur Rós/Mogwai y de ciertos tenues arrebatos de los Cocteau Twins que los han iluminado para elaborar un inconfundible sonido. En pocas palabras, el nuevo disco de la banda de Texas es sólo para fans que no pueden olvidar la soledad reflejada de Those Who Tell the Truth Shall Die, Those Who Tell the Truth Shall Live Forever(2001), The Earth Is Not a Cold Dead Place (2004) o How Strange, Innocence (2005):

Canción 1; Birth and Death of the Day: 7:49 minutos de un arrebato/umbral orquestal que encuentra un hermoso sendero al minuto dos...o sea, la costumbre de la limpidez de una guitarra...

Canción 2; Welcome, Ghosts: Otro redundante sendero de claridad que recuerda la lenta frescura del viento, o el momento puro de la caída de una piedra.

Canción 3: It's Natural to Be Afraid. La más épica de todas y la más elaborada (13: 27) Un hermoso intro de guitarra que suena/evoca toda la gloria del Grace de Jeff Buckley (¿lo hicieron a propósito?) y que abre paso una suite que se compone de cincos deliciosas candencias.

... y las demás, deben ser búsqueda de los escuchas agradecidos por un nuevo disco de Explosions in the Sky. No hay nada nuevo en este disco, sólo la reiteración de la belleza.


febrero 21, 2007

PROXIMAMENTE
Whitest Boy Alive & Kings of Convenience @ México



Hace poco comenté sobre lo impresionante que es la energía creativa de Erlend Øye. Ahora, todo México (no es territorio Telcel) tendrá la posibilidad de comprobarlo directamente. La última semana de febrero y la primera de marzo, Øye se presentará con sus dos bandas en distintos escenarios del país.

La lista completa de presentaciones dice así:

- 24 de febrero, The Whitest Boy Alive y Erlend Øye DJ Set, MXBEAT Guadalajara. (Jardín Villa Romanza, Zapopan)
- 27 de febrero, The Whitest Boy Alive, Monterrey (Café Iguana)
- 1° de marzo, The Whitest Boy Alive, Tijuana (Bar Tentáculo)
- 3 de marzo, The Whitest Boy Alive, D.F. (lugar por confirmar)
- 7 de marzo, Kings of Convenience, D.F. (Polyforum Siqueiros)

Con tantas oportunidades, perderse a uno de los músicos más importantes del momento sería como reprobar una materia en la UNAM. No se hagan los extraordinarios y vayan. Las dos bandas se distinguen por su fineza.

Hago dos comentarios más allá de la información factual: Primero, algo me vibra que además de estas fechas programadas, el Øye sorprenderá con algún otro set como DJ, así que habrá que parar oreja. Segundo, ¿qué PORQUERÍA DE ORGANIZADOR vendió los boletos del 3 de marzo sin lugar confirmado? Øigan... no chinguen.

The Whitest Boy Alive en México

febrero 11, 2007

ESENCIAL
31 Minutos






31 Minutos
2003, La Oreja.
Género: OST



Ultimamente están de moda los soundtracks para series de televisión. Por ahí circulan las exitosas recopilaciones de The O.C. o The L Word. En Latinoamérica esto se antoja imposible dado el estado deplorable de la televisión. Nuestro equivalente es Rebelde, y ese nombre no debe mencionarse en este blog.

Pero del otro lado del planeta hay un fenómeno que poco a poco se apodera del mercado hispano. Chile, después de años de represión mediática, utiliza la infraestructura que dejó la dictadura para producir cerca del 70% de su programación nacional, medida que a otros países como Canada o Suecia les ha traído resultados benéficos, económica y socialmente.

Uno de los proyectos apoyados por estos nuevas instituciones es 31 Minutos, noticiario conducido por títeres totalmente en la vena de los Muppets de Jim Henson. Como el Güiri-Güiri en su época, 31 Minutos aprovecha un estilo irreverente y poco presupuesto para hacer un humor ácido, que puede ser por igual lo más estúpido y lo más genial. Mi segmento favorito: la eterna batalla entre los escuadrones hechos de latas con ojos y boca, los salsacios contra los conservios.

Dentro del noticiario, el reportero estrella Policarpo Avendaño presenta su billboard musical, llamado el Top Top Top Top Top Top Top. Con ayuda de unos cuantos rockeros sudamericanos, cada programa presenta un ranking de canciones chuscas que recuerdan los años más freaks de los They Might be Giants o los Violent Femmes. Ya en la tercera temporada (ahora coproducida por Nickelodeon), 31 Minutos ha logrado acumular un buen número de canciones de este Top Top y lanzado tres discos recopilatorios que son francamente para doblarse de risa y para rockear, porqué no.








31 Canciones de Amor y una Canción de Guaripolo
2004, La Oreja.
Género: OST



En otros países donde se transmite el programa el éxito es tan grande que las estaciones de radio tocan las canciones y en las discos y antros la gente (borrachísima, quisiera imaginarme) las corea a todo pulmón. Desde la autista Lala, la siniestra Mi Muñeca Me Habló, el funk aspiracional de Ekilibrio Espiritual("Lo mejor que me ha pasado en la vida fue sacarle las rueditas a mi bicicleta. Ahora alcanzo mayor velocidad y las chicas se derriten cuando me ven pasar. Soy genial, inmortal, ya no existen las rueditas chiquititas"), un cover al clásico teatral Si Yo Fuera Rico, el éxito canino, Doggy Style ("...nos olemos el trasero, asustamos al gato, mordemos los cojines, nos ponemos zapatos... nuestro estilo es singular, lo llamamos Doggy Style") y el único reggaeton legal, Objeción Denegada ("El juez no confiaba en mí, polque hablo como idiota, polque hablo como idiota").

En fin, canciones veloces y efectivas, escritas para un segmento bobo de televisión con muppets cantando. No puede ser mejor.








Ratoncitos
2005, La Oreja.
Género: OST



En México hay otra moda. Banditas chistositas (Veo Muertos, Hello Seahorse) con letras cagaditas, o bandotas dizque chistositas (Moderatto) con fines perversones de dominación mercantil. Pero ninguna de ellas es ni remotamente graciosa. En general el país no es muy exitoso en eso del humor y sólo hace falta ver a Adal Ramones o a Jorge Ortíz de Pinedo para morir de pena ajena.

Los discos y las canciones de 31 Minutos sentan precedentes importantes: la capacidad de la televisión para promover la creatividad con la suficiente visión y estrategia, y la posibilidad de hacer música humorística inteligente e incluso propositiva.

Altamente recomendados para fiestas, reuniones y viajes sudorosos en el Metro. (Pachequez incluída).


ps. 31 Minutos se puede ver en México a través de Once Niños, barra de programación para niños de Canal Once. Todos los miércoles a las 4:30 p.m.

RESEÑA
Camera Obscura @ Polyforum Siqueiros, 10 de febrero 2007


Camera Obscura son una banda bonita. No lo digo irónica y despectivamente. En realidad son una agrupación bonita, chula pues. Los integrantes se ven todos bonachones (de hecho, Tracyanne Campbell es la más ruda), tocan instrumentos de ensueño y sus canciones son un cúmulo de buena onda, letras justas y ambientes reconfortantes.

¿Cómo no bailar con su retro pop? ¿Cómo no sonreir con su acento ininteligible? ¿Cómo no sentir un calorcito en el corazón al escucharlos? Aunque el comienzo de su presentación fue un tanto lenta, imprecisa incluso, poco a poco el público fue acomodándose en los brazos de los escoceses. Cerca de una hora y cuarenta minutos de un edredón musical para soñar.

El momento cumbre llegó con las dos bailables y pegajosísimas If Looks Could Kill y Lloyd, I'm ready to be Heartbroken. En contraste, la sencilla pero golpeadora Books Written for Little Girls podría haber hecho llorar a cualquiera, y seguro lo hizo con alguno que otro.

El lugar, impresionante. El Polyforum lo tiene todo –menos las cervezas– para volverse el mejor centro de conciertos de la Ciudad de México. Con el tiempo veremos qué bandas son capaces de competir con tantos estímulos y cuáles harán renacer las figuras distorsionadas y cuasi infernales de Siqueiros con su música. Esta noche, Camera Obscura las apaciguó, la marea de formas se volvió suave ola dejándose sobre la playa.

Ojalá mi reseña fuera todo melcocha barata. Pero habría que decir la verdad. La organización de Noiselab, una vez más, fue una burla. Dos horas y media de retraso para que iniciaran los teloneros. ¡Y qué teloneros! Chikita Violenta es la banda más opaca y dispensable del rock mexicano, una mezcla de todo para llegar a nada. Hay pocas cosas peores que verlos cantar sus "shalalala uuuuhs" como si fueran los Beach Boys en un anuncio de Antillano (Sí, somos una banda chaquetera, ¿y qué?).

Afortunadamente luego apareció Tracyanne Campbell con su vestido blanco, sus ideas, su banda impecable, y lo llenó todo de caricias sonoras. Qué bonito.

Fotos cortesía de Kasi

Tracklist via Diez a Uno:

Come back Margaret
Suspended from class
The False Contender
Tears for Affairs
Keep it clean
I love my Jean
Teenager
Country Mile
Dory Previn
Lloyd I´m ready to be heartbroken
If looks could kill
Let´s get out of this country
Cover a Candi Station

(encore)

Eighties Fan
Books written for girls
I need all the friends I can get
Razzle Dazzle Rose


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febrero 09, 2007

DISCO NUEVO
Writer's Block, Peter Bjorn and John






Writer's Block
Peter Bjorn and John
2006, Wichita.
Género: indie pop, rock



Una banda sueca más para avergonzar al resto del mundo. Pero no solamente otra banda sueca más. Peter, Bjorn and John son tres compositores con porcentajes iguales en la creación de tres discos estupendos, el más reciente titulado Writer's Block, un secreto sumamente bien guardado que poco apareció en las listas de lo mejor del año.

Injusticias así las hay por miles en el mundo, inversamente proporcional al número de discos de esta creatividad y sencilla hermosura. Comenzando por la rockera Objects Of My Affection, con su brillante coro:

And the question is,
was I more alive then than I am now?
I happily have to disagree;
I laugh more often now, I cry more often now,
I am more me.

uno sabe que no está en terrenos de un pop cualquiera. El disco está lleno de momentos geniales, estudiados y a la vez espontáneos. Para muestra, la chifladita Young Folks, una de las mejor canciones de pop del 2006. Fuera de ser un one hit wonder, le siguen Up Against a Wall, Paris 2004 y la intrigante The Chills.

La música sueca lleva mínimo 10 años de refinar un sonido retro al estilo sicodélico de los Animals, Yardbirds, Kinks, mezclados con la sensibilidad armónica de Brian Wilson y los Beatles. Así nomás, de esa estatura, Peter Bjorn and John son seguramente el punto más alto en esta corriente, y Writer's Block debe ser justamente reivindicado como uno de los mejores discos del 2006, probablemente uno de los mejores de la década.