RESEÑA
All Points West Music Festival @ NYC
Hay fino y también hay fino.
All Points West estuvo retefino.
Se antojaba sabroso ya de entrada, prometiendo dos noches de Radiohead seguidas y una locación inigualable, con el skyline más famoso del mundo al fondo.
Resultó eso y más.
Porque el viaje obliga a ir a los museos, visitar los parques, recorrer la ciudad, pasársela verdaderamente chévere. Eso le falta a los Austin City Limits o los Coachellas (tan cerca de Tijuana y tan lejos de Manhattan).
Aquí las cosas se hacen con clase o nada más no se hacen. Los nativos han visto tanto que pocas cosas los sorprenden. APW debía estar al nivel.
Primera parada: un puerto cerca del distrito financiero. Ahí se abordaba un ferry que nos recordó bellas escenas del Caballero de la Noche. Aunque la gente llenaba el pequeño embarcadero, no se esperaba mucho tiempo para navegar.
Con el estilo de un bicicletero en el Foro Sol, el transbordador te daba un ride al otro lado de la bahía –del lado de New Jersey para ser exactos– mostrando la ciudad a lo lejos.
Bienvenidos a Liberty Park: sencillo, pero bonito (como argentino). Unos cuantos andadores para correr y áreas verdes, dando la espalda a la Estatua de la Libertad.
All Points West revistió esto con tres escenarios mas bien chicos, pero potentes, y unas cuantas tiendas de comida, mercancías e instalaciones artísticas.
Una pena que los horarios se empalmaran todos. Había que perderse a muchas bandas forzosamente.
Lo positivo es que eso obliga al individuo insaciable a practicar la meditación, la contemplación y sobretodo, a ejercitar los esfínteres para sobrevivir un atorón en el Segundo Piso del Periférico.
De esas pocas bandas, un pequeño resumen:
Los Mates of State son divertidos, no más que eso. De un solo chiste, gustaron pero se volvieron repetitivos muy rápido. Escuchar Fraud in the 80’s fue un gran comienzo de festival.
New Pornographers, muy buen show. Para haber sido las 4 y con lluvia amenazando la tarde, se rifaron una gran hora de rock ligero y pegajoso. Bromistas y acompañados por Neko Case, seguía la mata dando.
Duffy es tan ñe como su nombre. Algunos bailaban con su soul estudiado, pero como diría George Harrison: "Eso ya se ha visto".
Underworld rockeó pesado. Los olores de mariguanas potentísimas llenaban el aire, y las güeritas en minishorts bailaban libres al ritmo del dance. Me dicen que CSS también estuvo bueno, pero no hubiera cambiado ese momento por nada del mundo.
Chromeo. Un poco tarde pero llegamos a oír buen techno pop guapachoso, iniciando bien el segundo día, ¡más caluroso que el anterior! La Estatua se veía abrumada.
Metric fue estupendo. Emily Haines iba entallada en un body dorado y tocaron con pasión. Buenas canciones: Monster Hospital, Combat Baby, Dead Disco y cerraron con una gran interpretación de Live it Out.
Animal Collective capturó a la gente con su art-rock de primera categoría. Aunque su show es prácticamente nulo, las texturas y atmosferas que crean son ya referencia obligada. El volumen incrementó sustancialmente permitiendo una experiencia ponedora.
Kings of Leon fueron un martirio. Había que chutárselos para estar en buen lugar y ni modo. Estos cristianos sólo prenden a los alimentados con una dieta estricta de los Duques de Hazard, Bud Light y acostones con su hermana. Y a unos cuantos mexicanos que creen que eso es kool, wey. Inicia música Marlboro.
Y finalmente, Radiohead. Dos conciertos con setlists y paisajes distintos.
El primer día subió al escenario el Radiohead clavado y agresivo. Nos cercenaron con versiones cabronas de Jigsaw Falling Into Place, Bodysnatchers, Paranoid Android, Idioteque, Weird Fishes, You and Whose Army y Everything in its Right Place. También hubo momentos muy tranquilos, con Nude, Street Spirit, House of Cards, Videotape y Thom solo al piano con Last Flowers. Fue un show brutal y bastante largo.
El segundo día, Radiohead se sensibilizó con la buena onda del sábado soleado y se mostraron desenfadados y nostálgicos. Del baúl sacaron a Planet Telex, Exit Music, Fake Plastic Trees, Where I End and You Begin, No Surprises, Airbag, y ahora con Thom rifándose con la batería de Bangers & Mash. Este show fue media hora más corto, pero nadie se quejó, haberlos visto en facetas tan diferentes y una misma energía fue un regalo exquisito, y regaladas hasta las puñaladas.
Satisfecho, regresaba uno a la ciudad con la finura y el oropel a flor de piel. Aplausos.
¿Alguien fue al 3er. día?
All Points West estuvo retefino.
Se antojaba sabroso ya de entrada, prometiendo dos noches de Radiohead seguidas y una locación inigualable, con el skyline más famoso del mundo al fondo.
Resultó eso y más.
Porque el viaje obliga a ir a los museos, visitar los parques, recorrer la ciudad, pasársela verdaderamente chévere. Eso le falta a los Austin City Limits o los Coachellas (tan cerca de Tijuana y tan lejos de Manhattan).
Aquí las cosas se hacen con clase o nada más no se hacen. Los nativos han visto tanto que pocas cosas los sorprenden. APW debía estar al nivel.
Primera parada: un puerto cerca del distrito financiero. Ahí se abordaba un ferry que nos recordó bellas escenas del Caballero de la Noche. Aunque la gente llenaba el pequeño embarcadero, no se esperaba mucho tiempo para navegar.
Con el estilo de un bicicletero en el Foro Sol, el transbordador te daba un ride al otro lado de la bahía –del lado de New Jersey para ser exactos– mostrando la ciudad a lo lejos.
Bienvenidos a Liberty Park: sencillo, pero bonito (como argentino). Unos cuantos andadores para correr y áreas verdes, dando la espalda a la Estatua de la Libertad.
All Points West revistió esto con tres escenarios mas bien chicos, pero potentes, y unas cuantas tiendas de comida, mercancías e instalaciones artísticas.
Una pena que los horarios se empalmaran todos. Había que perderse a muchas bandas forzosamente.
Lo positivo es que eso obliga al individuo insaciable a practicar la meditación, la contemplación y sobretodo, a ejercitar los esfínteres para sobrevivir un atorón en el Segundo Piso del Periférico.
De esas pocas bandas, un pequeño resumen:
Los Mates of State son divertidos, no más que eso. De un solo chiste, gustaron pero se volvieron repetitivos muy rápido. Escuchar Fraud in the 80’s fue un gran comienzo de festival.
New Pornographers, muy buen show. Para haber sido las 4 y con lluvia amenazando la tarde, se rifaron una gran hora de rock ligero y pegajoso. Bromistas y acompañados por Neko Case, seguía la mata dando.
Duffy es tan ñe como su nombre. Algunos bailaban con su soul estudiado, pero como diría George Harrison: "Eso ya se ha visto".
Underworld rockeó pesado. Los olores de mariguanas potentísimas llenaban el aire, y las güeritas en minishorts bailaban libres al ritmo del dance. Me dicen que CSS también estuvo bueno, pero no hubiera cambiado ese momento por nada del mundo.
Chromeo. Un poco tarde pero llegamos a oír buen techno pop guapachoso, iniciando bien el segundo día, ¡más caluroso que el anterior! La Estatua se veía abrumada.
Metric fue estupendo. Emily Haines iba entallada en un body dorado y tocaron con pasión. Buenas canciones: Monster Hospital, Combat Baby, Dead Disco y cerraron con una gran interpretación de Live it Out.
Animal Collective capturó a la gente con su art-rock de primera categoría. Aunque su show es prácticamente nulo, las texturas y atmosferas que crean son ya referencia obligada. El volumen incrementó sustancialmente permitiendo una experiencia ponedora.
Kings of Leon fueron un martirio. Había que chutárselos para estar en buen lugar y ni modo. Estos cristianos sólo prenden a los alimentados con una dieta estricta de los Duques de Hazard, Bud Light y acostones con su hermana. Y a unos cuantos mexicanos que creen que eso es kool, wey. Inicia música Marlboro.
Y finalmente, Radiohead. Dos conciertos con setlists y paisajes distintos.
El primer día subió al escenario el Radiohead clavado y agresivo. Nos cercenaron con versiones cabronas de Jigsaw Falling Into Place, Bodysnatchers, Paranoid Android, Idioteque, Weird Fishes, You and Whose Army y Everything in its Right Place. También hubo momentos muy tranquilos, con Nude, Street Spirit, House of Cards, Videotape y Thom solo al piano con Last Flowers. Fue un show brutal y bastante largo.
El segundo día, Radiohead se sensibilizó con la buena onda del sábado soleado y se mostraron desenfadados y nostálgicos. Del baúl sacaron a Planet Telex, Exit Music, Fake Plastic Trees, Where I End and You Begin, No Surprises, Airbag, y ahora con Thom rifándose con la batería de Bangers & Mash. Este show fue media hora más corto, pero nadie se quejó, haberlos visto en facetas tan diferentes y una misma energía fue un regalo exquisito, y regaladas hasta las puñaladas.
Satisfecho, regresaba uno a la ciudad con la finura y el oropel a flor de piel. Aplausos.
¿Alguien fue al 3er. día?
1 Comments:
Hey, te leo desde mi iPod touch en una callecita oscura de una colonia poco respetable de Guadalajara, con riesgo de ser violentada y robandome la conexion de "alguien" . Que chido que te la pasaste chido. Besos ricos.
Ursulita22
Pd. Al menos a ti no re dijeron en tu viaje a Tijuana: dios tiene in plan para ti y tu no lo estas sabiendo escuchar. Sad.
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