EN BUSCA DEL SONIDO PERDIDO
Moonshake
Londres 1993: la famosa Scene that Celebrates itself (término acuñado en el extinto Melody Maker) marcó el inició del declive de bandas con el sonido shoegazing (Moose, Pale Saints, Ride, et al) Año de la agonía de bandas que copiaron hasta el cansancio (algunas con gran fortuna) el sonido seminal de My Bloody Valentine. Un ep como el Tremolo dejó de ser una revolución para provocar a borbotones sólo gestos recopilatorios de bandas de jovencitos que sólo imitaban el sonido de Kevin Shields sin haber hecho la tarea de escuchar al maestro Neil Young primero. Londres 1993: entre la agonía del shoegazing, mientras se gestaba el sonido clásico de Oasis, Moonshake se agrupaba por crear unos de los discos angulares del mero sonido inglés: Eva Luna.
Moonshake: dos discos, varios eps y uno disco de mixes (varios de ellos cuentan con la gracia infinita del guitarrista de los Cocteau Twins) son el testamento de esta banda de Londres. A principio de la decada de los 90, el sello Too Pure se destacó por su calidad y por lo arriesgado de sus propuestas (Seafeel y Stereolab, para empezar). ¿Cómo olvidar los primeros (destellos) eps y el glorioso debut de PJ Harvey (Dry) que junto Th' Faith Healers (pronto le dedicaré unas lineas a esa banda de una estirpe adelantada de Mogwai) formaron una extraña breve escena musical que nutrió ciertos endelebles matices del britpop que sólo repetía hasta el cansancio hallazgos sonoros de My Bloody Valentine. Dentro de la exquisita selección del sello Too Pure se destacó el sonido de Moonshake. El primer disco de ellos toma el nombre de la novela de Isabel Allende, pero sólo es una pista falsa y una broma de mal gusto. Razones para tenerlo y escucharlo: las vocales de Margaret Fieldler (después vocalista del proyecto cautivador Laika) y la violenta voz de David Callahan. Sonido crudo (pocas bandas en los noventa hicieron un sonido tan violento como ellos) envuelto en letras siempre con imagenes lúcidas (in my house I shed my skin) o esta belleza (Cheap Wine in the gutter, menstrual red).Tener esta joya en acetato es encontrar que en lugar del lado A y B hay Hip hop side y jazz pop side.
Después el segundo disco de ellos no tendría las vocales hermosas de Margaret Fieldler. David Callahan se perdería en un homenaje al sonido del acetato que derivó en un disco de freejazz con todas las resonancias del primer Tuxedomoon. Ante la oleada de bandas inservibles actuales, vale la pena rescatar héroes verdaderos del sonido inglés contemporáneo.
Para escuchar: el opening track del Eva Luna: City Poison.
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