ESENCIAL
Fashion Nugget, Cake
Fashion Nugget
Cake
1996, Capricorn.
Género: pop rock
Es difícil escoger entre los discos de Cake para recomendarlos. Tal vez se deba a que todos ellos son sumamente buenos, o que todos suenan igual, sin ser esto una falla. Mas bien un ejemplo de persistencia y tenacidad para explotar un sonido único. Como dirían las abuelas: si no está roto, no lo arregles.
Pero uno debe volver a los inicios en este caso. A 10 años de su lanzamiento, Fashion Nugget fue el disco con el cual Cake irrumpió en la escena musical. Enmedio del famélico movimiento post-grunge (léase Collective Soul, Smashing Pumpkins en su decadencia, Bush), desde el pequeño suburbio californiano de Sacramento llegaba la banda de John Mcrea con una mezcla bizarra de funk, country y pop pegajosísimo, tan pegajoso incluso que todos los críticos asumían que Cake sería un one hit wonder de cajón con ese sencillo inolvidable, The Distance. Pero estaban equivocados. el disco estaba lleno de maravillas, incluyendo tres covers de una calidad reinterpretativa e inventiva sorprendente.
Cake se presentaban como una banda original, sensible a su tiempo, Un cínico vaquero de letras sarcásticas y cuatro virtuosos tocando rolas de bar de carretera. Algo tenía que estar mal.
Con un poco de surrealismo estilo Frank Black, los gritos maniacos de Fred Schneider, el genio narrativo de Johhny Cash y el tongue in cheek de un joven Morrissey, Mcrea poblaba su reino de pastiche country con tocadiscos eternamente sonando a Frank Sinatra, ciudades ultramodernas de conductores sicóticos y amantes melancólicos huyendo por el desierto. El tipo de letras que se deben cantar en voz alta manejando por el segundo piso del Periférico en un día soleado. Es el mundo de sonrisas drogadas y martinis envenenados de novela de Hunter S. Thompson. El Mundo Cake a donde todos queremos escapar fumándonos un cigarrillo.
A 10 años de haber sido liberado al mundo, Fashion Nugget es no sólo reivindicativo de una de las bandas más subestimadas del rock, debe ser revalorado como un espejo inclemente de los tiempos que vivimos: las neurosis modernas, la locura política, el calor infernal, la realidad de viaje ácido que ha contruido la mercadotecnia.
Mientras el mundo alucina febrilmente, ahí, en el centro de todo, Cake toca en un kiosco. Un tipo de sombrero y cuatro figuras dantescas arden y son el centro de una pira que suena a paraíso.
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