noviembre 05, 2006

RESEÑA
Antony & the Johnsons with Charles Atlas: Turning @ Barbican Hall, Londres, 5 de noviembre




Tendríamos que partir de la premisa de que nada de lo que yo pueda escribir podrá jamás reproducir lo que pasó la noche del 5 de noviembre en el Barbican Hall en la ciudad de Londres. Los fuegos artificiales conmemorando el gunpowder plot habían dejado la noche con un olor a pólvora que logró calentar un poco el aire. Llegando lo primero que hicimos, además de recoger los boletos en un proceso de lo más simple y efectivo, fue correr a adquirir la memorabilia que incluía un picture disc siete pulgadas y el para mí ansiadamente esperado 12" de I Am Your Sister, con Fistful of Love en el b side. También había un programa-libro del evento que no compramos por su alto costo, pero reflejaba la seriedad con que el Barbican se había tomado la cuestión. La sala, vendida por completo, llena de gente de entre 20ytantos y hasta los septuagenarios, eso sí, la mayoría blancos y de clase media. (Por ahí se veía alguno que otro moreno de tweed o alguna asiática solitaria, pero en general, la cosa era muy, muy blanca). En una ciudad tan multicultural como Londres no deja de sorprender que los eventos artísticos de esta naturaleza estén "reservados" para los cara-pálidas, pero así parece ser la regla. Por supuesto, una enorme cantidad de beldades femeninas con parejas del mismo sexo, y uno que otro mod dandy, dos que tres punks hipertatuados, pero nada, nada de gotiquillos o gotiquillas. En general, como público de concierto de música clásica. Al entrar a la sala, se escuchaba la grabación completa del famoso discurso de Martin Luther King Jr., hablando del sueño americano y de la importancia de la educación. La propuesta política-estética de Antony, y de Charles Atlas como veríamos más adelante, utilizaría esta grabación como epígrafe para complementar su discurso de transformación identitaria y de celebración de la diferencia.

Hemos partido, pues, de la premisa de que las palabras no podrán describir mi experiencia esta noche. Para mí, un fanático de la música de Antony and the Johnsons, este concierto era uno de los acontecimientos más esperados de mi vida reciente. El que estuviera yo ahí sentado era para mí el cumplimiento de un sueño largamente anhelado. Todos los Johnsons en el escenario, con un pianista invitado -Antony sólo se sentó al piano para interpretar Hope There's Someone, pero durante todo el concierto estuvo de pie en el centro del escenario, en ocasiones retrocediendo un poco hacia la mega pantalla que detrás del escenario proyectaba las imágenes de Charles Atlas. La cuestión de Turning quedaba clara al ver que en el extremo derecho del escenario había una pequeña plataforma circular que rotaba, donde trece mujeres de muy distintas apariencias y edades giraban, una a la vez, una por canción. Eran filmadas por un camarógrafo, para que Atlas después procesara las imágenes, las duplicara y las mezclara con otros gráficos, imágenes de flores, tulipanes, aves del paraíso, y de animales, sobre todo aves, águilas. Los rostros de las trece verdaderas, extrañas bellezas poseían en común una rarísima tristeza, marcas bajo los ojos, gestos de amable fragilidad o de imponente dureza. Esta pasarela decoró el fondo de la música de los Johnsons y la voz apasionada y quejumbrosa de Antony, que se limitó a decir un par de gracias, sin introducir las canciones, salvo al final, antes del brevísimo encore, en que se disculpó con su característico estilo avergonzado-divertido porque la voz se le había quebrado, según él, en algunas de las canciones.

Pero la verdad es que el set fue bellísimo, aunque dolorosamente breve. Tan sólo una hora y media duró el recital, donde se interpretaron unas cuatro canciones nuevas y demás ya clásicas como For Today I Am a Boy, Cripple and the Starfish -la segunda en ser interpretada, y que obligó al público a gritar sin reservas de gusto- Fell in Love with a Dead Boy, Bird Gerhl, Hope There's Someone y Spiralling, que fue presentada en una versión un poco distinta a la conocida pero que fue sin duda uno de los mejores momentos del concierto, así como la última pieza, ya en encore, que fue, por supuesto, You Are My Sister, ya con las mujeres que habían estado dando vueltas en vivo y en pantalla durante el concierto en un extremo agrupadas, de pie o sentadas, alrededor de Antony y a lo largo del escenario, en un instante de la más íntima y perfecta belleza.

Turning no dejó de ser un concierto, y el trabajo de Atlas simplemente se limitó a decorar el escenario, sin representar necesariamente una propuesta radicalmente imponente o autónoma, pero ayuda a enfatizar la propuesta estética de Antony como una que discurre sobre la identidad siempre cambiante, sobre la naturaleza siempre dolorosa del amor, sobre la dialéctica entre la luz y la sombra, el crepúsculo y el amanecer, lo masculino y lo femenino. Con las imágenes de Atlas y la presencia de las mujeres en vivo, una extraña experiencia del cuerpo femenino, de la estética femenina y del silencio del cuerpo casi inmóvil y en movimiento, como maniquíes vivos, expresando las contradicciones de nuestra cultura en relación con lo que consideramos bello y atractivo, el erotismo y la objetivación del cuerpo femenino. Las nuevas piezas tendían más hacia lo percusivo y a juegos puramente vocales, pero la música permanecía en su clásico tenor super melancólico y oscuro, contando historias de miedos y padeceres, inseguridades y entregas, soledades y afectos.

El respeto que el público londinense demostró al grupo permitió que Antony y los Johnsons hicieran juegos con silencios, haciendo largas pausas a manera de movimientos entre piezas distintas, y no dejó de sorprender agradablemente la perfecta organización del evento y la maravillosa acústica del lugar. Al salir, no hubo vendedores gritones de tazas del concierto, ni charcos sucios, ni patrullas ruidosas. De hecho, toda la mercancía ya se había vendido desde antes que empezara el concierto propiamente y al salir ya no había nada qué comprar. Hay quienes dicen que la felicidad no se puede comprar: pero en algunos casos, como en éste, queda claro que se dan las gracias al cielo y las estrellas por el haber tenido la oportunidad de estar aquí, en Londres, y el haber podido presenciar un concierto de música pop con todo el respeto y la dignidad de la música más culta y elevada, en las mejores condiciones técnicas y escénicas; el haber experimentado un acontecimiento que, honestamente, sólo en circunstancias geopolítico-culturales-económicas-como estas se podría llevar a cabo.

Siguiendo el camino amarillo que indica al desorientado visitante el camino de regreso a la estación del Barbican tube, y en el mismo vagón, uno no podía sino admirar a las parejas de hermosísimas novias que se abrazaban y se acariciaban suavemente el cabello, o un dedo, o se miraban lentamente, en silencio, como conteniendo un suspiro largo y sostenido, o como haciendo fuerza para que sus alas, guardadas bajo sus abrigos, no se desplegaran en toda su extensión.

4 Comments:

Blogger Emma was an angel said...

si vas buscando no mas por las colaboraciones de Anthony.. morimos en cada paso de este fantasma... es algo fuera de este mundo.. me ha llevado desde Cocorosie, hasta metallic falcons, hasta devendra B,y Joan as police woman.. lejos muy lejos.. nunca igual.

1:38 a.m.  
Anonymous Anónimo said...

woooooooooooooooo *____* lo que daría yo por verle en concierto ;___ ;...Es curioso, como muchas de las cosas buenas en la vida, lo desub´ría por casualidad y me ha enamorado....

8:13 p.m.  
Anonymous Anónimo said...

yo estuve en el concierto de Madrid...fue una noche mágica

he puesto una pequeña reseña en mi blog, a lo mejor te apetece leerla

saludos

1:33 a.m.  
Blogger David said...

entrevista a antony en la revista SOMA de este mes

http://somamagazine.com/soma.php

confirmando que se está grabando una peli (el espectaculo? making off?) sobre la performance de turning en la barbican! yuhuuuuuuuu!

1:12 p.m.  

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