julio 22, 2007

EN BUSCA DEL SONIDO PERDIDO:Release the Stars de Rufus Wainwright


Release the Stars
Rufus Wainwright
Geffen Records
2007

I'm tired of writing elegies to boredom

Rufus Wainwright, de la canción Sanssouci, 2007




Recordemos la portada del Want Two (2004) de Rufus Wainwright y quedarán al descubierto sus límites: la portada del disco es plena de estética prerrafaelista. Alguien que haya contemplado The Lady of Shalott de Waterhouse conocerá esa pose antes de una muerte hermosa. Pero algunas veces me parece que la referencia plástica correcta para Rufus Wainwright es Narciso: esa belleza lo ahogará. Hay varios claves erróneas en el mito del genio de Wainwright: es demasiado inteligente(algunas veces se pasa de chistoso), es demasiado erudito, demasiado bueno...y le falta mesura. La pieza inicial, Do I Disappoint You, satura por sus arreglos orquestales iniciales (¿no se ha dado cuenta de los alcances de la mesura de la orquesta como en Let it Down de Spiritualized?). Un inicio pomposo, desmesurado, demasiado inteligente ¿Para qué? Porque su voz es hermosa y es la herencia de dos padres obvios: Jeff Buckley y Thom Yorke. Claro que esos alcances los explota en canciones de alta factura (debe escucharse con agradecimiento el track dos, Going To a Town
) pero en una canción como Nobody's Off The Hook, el track cuatro, el piano, las cuerdas no suenan a nada, sólo son ornamento, cuerdas secas, con exceso de efusión: es decir ¿esos arreglos clásicos a quién impresionan? ¿Por qué se cree que algunos víolines enaltecen una melodía? Rufus puede escribir bellos desencantos ( I'm not ready to love):


I'm not ready to love, I'm not ready to love
I'm not ready to love until I'm ready to love you the way you should be loved
Until I'm ready to hold you the way you should be held
You should be held, but I'm not ready to


Un bella canción de seis minutos de naufragio sentimental. Ahí está el talento y el alcance de Rufus Wainwright: en la mesura de voz sin referencias musicales cultas que abrumen su talento. La canción ocho, Slideshow, ofrece el recuento irónico de la dependencia emocional:


Do I love you because you treat me so indifferently?
Or is it the medication?
Or is it me?



...hasta que entran los arreglos orquestales que opacan la sobriedad de la canción. Pero el mejor ejemplo de la desmesura es Tulsa: arreglos de cuerdas que intentan crear progresiones armónicas con un piano que apenas se escucha mientras la voz de Wainwright alcanza la tesitura de Yorke...nada se escucha, nada se entiende (¿o nos regresamos al Karma Police?) Pero después de ese intento de maníatico tempo en el fraseo musical se encuentra una joya: Leaving Paris donde la mesura de las cuerdas (elegantes, precisas, cuidando cada detalle del registro de la voz de Rufus) son un acierto.
Algo queda claro después de escuchar el nuevo disco de Wainwright: cada vez trata de ser inteligente, pero no tendrá nunca el wit de Morrisey; cada disco lo podrá saturar de cualquier referencia clásica (Schumann, Kurt Weil, Mozart), pero jamás tendrá la frescura de Jeff Buckley quien tenía una erudición musical educada y sensible para hacerle un cover a Benjamin Britten: porque la referencias musicales eruditas no hacen a un músico de verdad: sólo provocan que algunos poseurs existan. Alguien le tiene que enseñar las bondades de la mesura a Rufus.


Going To a Town