EN BUSCA DEL SONIDO PERDIDO: Cryptograms de Deerhunter
Cryptograms
Deerhunter
Kranky
2007
...higher than the sun...
El entusiasmo me embarga. (...y siempre digo que se debe escuchar el Loveless de My Bloody Valentine dos veces a la semana, por lo menos)
Muy a principios de la década hermosa de los noventa una banda definió los caminos donde nadie transitaría. Disco Inferno fue una de esas bandas que comprendió el signo de los tiempos (samples/guitarras a la Loveless/la asfixia de Joy Division). En 1994 sacaron un disco fundamental de la escena inglesa: D.I. Go Pop. Una obra cumbre que se adelantó a su tiempo (si, ya sé que ésta es una frase hecha, pero en ese álbum de Disco Inferno se aplica) Nadie siguió los derroteros que señaló la visión sonora de la guitarra de Ian Krause; nadie se animó porque aparecería Oasis y su Live Forever se volvería un himno generacional. Tuvieron que pasar trece años para que ese sonido vibrara otra vez. Porque todavía no salgo del pasmo al escuchar el nuevo disco de Deerhunter: brutal. Un disco de dos partes: la primera va del track 1 al 7 (una camino hermoso de sampleo/guitarra shoegazing que fluye por encima de un sueño con complejidad y con una propuesta disonante. Letras que tocan el imperio en ruinas, como el Boxer de National; un collage saturado de matices orquestales con tonalidades góticas/punk/new wave/espíritu desatado con breves destellos a la Tuxedomoon...eso ocurre en menos de treinta minutos: un golpe bello es el track cuatro Lake Somerset). A partir del track ocho (Spring Hall Convert, una esencia apasionada y tranquila que te hace rogar que el disco no se acabe nunca) se abre una serie de canciones donde la belleza no es un accidente. Hay sorpresa y emoción mientras avanza ese pop tan fino y exquisito, como si la visión grisácea de la primera media hora fue una miseria emocional olvidable para dar paso a una canción perfecta (Strange Lights) con todos los ecos de un Stereolab inocente. Pero el siguiente track (Hazel St.) tiene un ruptura melódica y hermosa que confunde con delicia. Tape Hiss Orchid es un interludio sin pena ni gloria para dar entrada a Heatherwood que pone fin a un torbellino/colección que se ubica más allá de cualquier referencia musical. Casi genial.
...en su sitio de myspace pueden escuchar tres canciones maravillosas de este disco grande.
0 Comments:
Publicar un comentario
<< Home