Third
Portishead
Island Records, 2008
género: trip hop, rockAmar es un error fatal.
Yo amaba a Portishead por ahí de 1998, cuando sacaron su DVD del Roseland Ballroom. Esa estupenda grabación fue su única nota de despedida. Nos abandonaron y nuestros corazones murieron.
Acorde, eso es lo que Portishead siempre ha querido, rompernos el corazón.
Ahora regresan y no sé que hacer. ¿Despreciarlos o perdonarlos? El resultado es peor, sólo puedo amarlos.
Y es que
Third es un disco brillante. Gibbons, Utley y Barrow han resucitado a la banda de manera milagrosa, sin ningún atisbo de oxidación. Sin volver a su sonido de tornamesa melancólica, se han envuelto en un mundo de percusiones extravagantes y guitarras acústicas (clara referencia al disco que Beth Gibbons grabara como solista).
Sobresalientes,:
Silence, con su ritmo agresivo y su final de coito interrumpido;
Hunter, de guitarras dulces y luego monumentales;
Nylon Smile, un hechizo ritual de ritmos africanos;
The Rip, una de las mejores canciones de la banda, in crescendo desde un arrullo hasta un loop imparable y maniático;
We Carry On es otro cántico tribal, ahora con una batería tremenda; Machine Gun es la canción enojada, y tiene uno de los sintetizadores más perrones de la historia;
Threads, que cierra el disco, lo hace con un saxofón que amenaza con comerse al blues entero con todo y Billie Holiday.
Beth Gibbons está en su mejor momento como letrista y vocalista, y sus compañeros han alcanzado un nivel genial como arreglistas. Se tomaron diez años para superarse y lo han hecho de sobremanera, opacando a todos los demás super-regresos del año. Sin necesidad de cambiar o demostrar algo, Portishead reapareció más hermoso, más rudo, más seductor...
Éste es, encabronadamente, uno de esos amores malditos.
