marzo 27, 2007

RESEÑA
Lily Allen @ Salón Vive Cuervo (antes Salón 21); 23 de marzo, 2007

A.K.A. The Girly Review

Lily Allen pintando finger al sexo masculino


Originalmente yo no iba a ir a este concierto, aunque tenía muchas ganas de ver a Miss Allen, cuyo disco me agrada bastante, y más curiosidad de ver un pop show de una chica inglesa buena ondita. Mi precario estado económico -léase jodidez- no me lo permitió y después de un intento fallido (se agradece el detalle del préstamo indefinido señor hobo) no pude comprar boletos, hasta que maravillosamente recibí una llamada de Sandra una hora antes del concierto diciéndome que su hermana, quien trabaja para una revista, le había cedido sus boletos de prensa y que si quería acompañarla, yo respondí con un silbidito chilango de aprobación “ffffttt”, hice un happy dance y corrí al metro más cercano para encontrarla cerca del Salón Vive Cuervo en tiempo récord de media hora.

Llegamos al lugar y no había nada de tránsito, una fila mínima para entrar y revendedores desesperados ofrecían a un precio justo o menor los boletos, los vendedores de playeras y souvenirs piratones también tenían una cara de preocupación “¿y ahora qué demonios voy a hacer con tantas playeras y vasitos tequileros de Lily Allen?” al ver que casi no había gente en el evento, pensamos que la gente ya estaba dentro porque ya eran las nueve y el show estaba a punto de empezar, pero al entrar nos dimos cuenta de que no, efectivamente, muy poca gente había adquirido boletos y el lugar estaba a la mitad de su capacidad. Procedimos a buscar un buen lugar para ver el concierto, pero en esta situación cualquier punto era bueno para verlo, así que mejor fuimos por unas cervezas y nos dispusimos a esperar a que el DJ que amenizaba terminara su set de música estridente y fuera de lugar a un volumen ridículo.

El público estaba compuesto de chicas en un 70%, de las cuales la mayoría manejaban un look indie tomboy torcible (si no habían escuchado este término, con gusto les explico) y el resto eran clones de Lily Allen y/o Natalia Lafourcade, casi todas iban acompañadas de amigas, la vibra de ardidez contra los hombres se sentía en el aire, y justamente de eso se trató el show, que bien se pudo haber llamado Lily Allen: nueces para las ardillas.

La inglesa salió al escenario y no podíamos creer que se hubiera atrevido a salir con tal outfit: una camiseta de algodón con la imagen de una Baby Daisy Duck que bien pudo ser su pijama, una faldita de mezclilla de esas que se usan en la playa sólo para llevar algo arriba del bikini, y unos tennis Vans que hacían ver sus piernas como si fueran de un jugador de fútbol americano; como buenas chicas con nuestro lado bitch criticón decidimos que la explicación a tal fodonguez de vestimenta era que perdió su maleta en el viaje y se fue a comprar ropa al Wal-Mart más cercano. Sí, es necesario estar cómoda en el escenario pero creímos que esto era una exageración y realmente estaba demostrando que le valía el show que estaba a punto de dar, que era una fecha más y el hecho de que no había mucha gente la decepcionó un poco.

La banda estaba compuesta por una sección de metales de tres integrantes, un baterista, un tecladista, un bajista y Lily, que también operaba la caja de ritmos y se divertía jugando con ella al terminar las canciones mientras fumaba cigarro tras cigarro.

Empezó con “LDN” y todos bailábamos y coréabamos muy felices Sun is in the sky oh why oh why? Would I wanna be anywhere else?, y aunque esa canción habla sarcásticamente de lo decadente que es la vida en la ciudad de Londres, el ritmo tropicalón nos hizo bailar a todas.
Lo mismo pasó con el resto de las canciones que tienen un ritmo happy uppity pero las letras son muy fuertes y ardidas post break up con una sed de venganza, como "Not big" que miss Allen anunció diciendo: this is a song about small dicks... ¿cómo se dice? ¡pequeño penises!, apenas terminó de decir eso, un WHOOOOOOOOOO!!!! seguido de algunas risas burlonas y algunos movimientos de cabeza de chicas familiarizadas con el caso hicieron retumbar al Salón Vive Cuervo, y la canción dice algo así:

Now listen I think you and me have come to the end of our time,
What d'you want some kind of reaction? Well ok that's fine,
Alright how would it make you feel if I told you
that you never ever made me come?
In the year and a half that we spent together,
Yeah I never really had much fun.
All those times that I said I was sober,
Well I'm afraid I lied, I'd be lying next to you, you next to me,
All the time I was high as a kite.
I could see it in your face when you give it to me gentle,
Yeah you really must think your great,
Let's see how you feel in a couple of weeks,
When I work my way through your mates.
I never wanted it to end up this way,
You've only got yourself to blame,
I'm gonna tell them that your rubbish in bed now
and that you´re small in the game.
I'm sorry if you feel that I'm being kinda mental,
But you left me in such a state.
But now I'm gonna do what you did to me, I'm gonna reciprocate.
You´re not big you´re not clever, No u ain´t a big brother
Not big what so ever.

Todas las chicas estaban en un trance de happy dance durante el concierto que delataba su familiariedad con las letras que cantaban con singular alegría, si en vez de cervezas hubieran vendido litros de helado de chocolate hubiera sido doblemente exitoso, yo hubiera comprado unas cuantas cubetas.

El momento calmado de la noche llegó con "Littlest Things" que habla de la terrible nostalgia por una relación pasada perfecta, lo cual nos hace pensar que Lily no es una heartless bitch, sólo una chica que a veces se siente sola. El momento acústico siguió con el cover de "Heart of Glass" de Blondie y "Everybody´s Changing" de Keane. Después siguió celebrando la noche de viernes con "Friday Night", "Shame on You" y la hilarante "Knock ´em Out" que habla de cómo batear a chicos indeseables.

Casi al final, el highlight de la noche vino con el éxito "Smile", y un par de canciones después el concierto había terminado en menos de una hora, pero Lily regresó para el encore con "Alfie", (mi personal favorite del disco por su ritmo circense) que advirtió es verídica y está basada en su hermano menor y su problema con las drogas, problema que ella parece haber superado después de un rehab a sus escasos 21 años, bien hecho muchacha.

Después del encore de una canción, el concierto fugaz terminó oficialmente y el stage fue desmontado rápidamente, razón por la cual los integrantes de la banda tuvieron tiempo de bajar, platicar y hasta chelear con el público, y yo en mi mood girly (advertidos estaban, este es el girly review) coquetón me tomé un par de fotos con el baterista, muy buena onda él, y nos fuimos. Si algún día me pasan esa foto la publicaré aquí para terminar de darle el toque a esta reseña que bien podría ser parte de la revista Cosmopolitan.

EN BUSCA DEL SONIDO PERDIDO
Copia, Eluvium



Copia

Eluvium,
2007, Temporary Residence
género: experimental, ambient, minimal



Mesura en la serenidad:


Matthew Cooper (mejor conocido como Eluvium) ha logrado lo imposible: rozar brevemente la perfección en su nueva obra. En su nuevo disco, Copia, al llegar al final del track dos (Indoor Swimming At The Space Station)ya se puede percibir una fina mesura en la composición: un crecimiento musical en tan poco tiempo en forma limpia y que no termina de asombrar. Lienzos minimalistas que brotan/ que salen a la luz en mareas de notas (el track 4, Prelude For Time Feelers), es perfecta, un sagaz y hermoso torrente que recuerda al concepto del tiempo de San Agustín como memoria incesante, con un piano que taladra hasta explotar con mesura y pausadamente y siempre vestido con los tonos elegantes heredados del Pavilion of Dreams de Harold Budd para terminar en unos elegantes arreglos de cuerdas elocuentes, perpetua deuda con el más fino Craig Armstrong). Fraseos elegantes/casi perennes cuerdas de arena: eso es lo que Eluvium entrega ahora. Ya dejado atrás las composiciones obsesivamente violentas y hermosamente serenas como el clásico Taken (y si no lo han escuchado, lo pueden hacer aquí) para entramar la soledad de un piano/sax/órgano/samples y evocar la herencia del Philip Glass más quieto y claro con la soberana musicalidad del Harold Budd. Un disco hermoso por las resonancias neoclásicas muy ligadas al trabajo de Richter y que casi lo desbordan. Pero los alcances de Cooper son torrenciales: el hermoso track seis (Radio Ballet) cual minuetto a la Mozart desarma con un hermoso piano levitando en un hermoso fraseo post Satie/Eno/Glass y que se viste con acordes brevisimos del primer Wim Mertens ejemplar. Un excelente ejemplo de cómo hacer música despues de haber estudiado a los maestros. Los alcances de Eluvium son descomunales: el track diez (Ostinato), por ejemplo, bajo la melodía de un órgano escalofríantemente bello, recorre brevemente el espíritu de las cantatas de Bach hasta los tratados de órgano bellísimos de Marcel Dupré: misa brevis descomunal. Un disco inmenso.

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marzo 26, 2007

PRÓXIMAMENTE
Festival Primavera Manifiesta @ Lunario del Auditorio Nacional

Primavera Manifiesta


La primavera viene prolífica y para aguantar los calores bochornosos, los domingos de Abril podrán refrescar sus mentecitas con buena música para todos los gustos. El Festival Primavera Manifiesta se esparce por el mes del Niño con propuestas bien distintas, pero bien chingonas para rockear duro, suave, y suavecito.

La primera semana el festival arranca con puro indie rock, presentando a los Simplifires, Candy, Tanke y Bengala.

A la segunda, se caldean los ánimos y la tarde del domingo se llena de estrobos y chaquira, con el electro de Jerga, Wakal y el Sonido Lasser Drakar.

Para la tercera ya se extraña la Semana Santa, y por eso el Lunario se convierte en palapa, con surf sabrosón a cargo de los Perversos Cetáceos, The Cavernarios, Twin Tones y Lost Acapulco.

La cuarta semana está dedicada al hippismo y el amor floral, con los ritmos del mundo: Muna Zul, Boca Floja, Da Punto Beat y Los de Abajo.

Y para terminar el mes después de tanto ajetreo y zapateo, un tanto de jazz coquetón cortesía de Los Dorados, el Hernan Hecht Trio e Iraida Noriega.

En fin, este Festival es más versátil que un puesto de quesadillas. Atásquense que hay lodo.

Los boletos los pueden comprar en Ticketmaster.

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marzo 25, 2007

DISCO NUEVO
The Postmarks, The Postmarks






The Postmarks
The Postmarks
2007, Unfiltered Records
género: indie pop




Llega a casa, avienta la mochila por ahí, prepárate un té y siéntate a escuchar a tu nueva banda favorita. The Postmarks son un trío conformado por los compositores Jon Wilkins, Cristopher Moll y la bella cantante Tim Jehelesky. Salidos del lugar menos pensado, Miami, esta banda se rifa seriamente un pop dulce y refinado al estilo Belle & Sebastian, Camera Obscura, etc.

¿Necesita el mundo una banda más de twee pop? Sí, siempre y cuando suene a los Postmarks. Sus composiciones son de la más alta factura, los arreglos son preciosos y la voz de Jehelesky es simplemente de ensueño. Hace algún tiempo, cuando los discos costaban la mitad de lo que ahora cuestan, hubiera comprado este disco simplemente por la portada y saber que la banda tenía una mujer vocalista. Y así me pasó, diez años después y 200 pesos más tarde. No pude resistir a la chica pensativa de la cubierta, el nombre brillante de la banda, los títulos melancólicos que me recordaron a los Sundays: Goodbye, Looks Like Rain, Summers Never Seem To Last, You Drift Away, The End of the Story.


Mi intuición no se equivocó: el disco es excelente. Se siente hecho con amor y dedicación, exuda sentimiento en cada nota. Once tracks de puro placer auditivo, nada de relleno. El arte también es una caricia: recortes y fotografías sobre una mesa de madera, las letras escritas a mano en distintos papeles. Vean el sitio de internet, vean los ojos miel de Tim (wow, se llama Tim), vaya, en realidad estoy enamorado de esta banda.

No les digo más, consíganlo y enamórense ustedes también. Empiecen con este hermoso video, Goodbye:



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PLACERES SENCILLOS
Double-sided debut single, Los Campesinos!






Side A: we throw parties, you throw knives
Side AA: don't tell me to do the maths!
Los Campesinos!
Vinil, 7"
Wichita Recordings, 2007





En una edición limitada de mil copias, en vinilo de alto gramaje color amarillo, el septeto de Cardiff sacó su primer sencillo oficial a finales de febrero. Aunque la edición no es numerada (ni dice por ningún lado en la funda que sea limitada) se sabe que este sencillín es un poco ya inconseguible y quizá alcance algún valor de culto. La cuestión es que en los circulitos indie de la Gran Bretaña Los Campesinos! son la banda galesa que ha estado en la boca -y en las tornamesas- de todos.

El lado A, "we throw parties, you throw knives", es quizá buena síntesis del sonido de estos chavitos exestudiantes de arte galeses, y aunque se nota una combinación entre producción "sucia" y un alto sentido de la estética indiepopera, en mi opinión no alcanza a reproducir la energía que, atestiguados en vivo, transmiten tan clara e incuestionablemente. Sin embargo, la formulita "alternancia voz principal-riff-corosfemeninos-voz principal" funciona bellamente, quizá como en los mejores tiempos de Guided by Voices.

El lado AA es claramente una estrategia para sacar más rolas de donde no hay (para poderla incluir, pensamos, en el futuro disco, pero no sabemos, sin tenerla que destinar al abismo de los lados B) es incluso mejor, con una introducción de pianito de juguete que pronto degenera en pura energía fasterfasterpussycatkillkill! que esta vez también alterna entre tempos (rápido/lento, ahora invirtiendo la fórmula y dejando que la voz femenina también tome papel principal y dejando a los hombres hacer coros, aunque también retomen el micrófono frontal) y así "don't tell me to do the maths!" es simultáneamente inocente y sencilla y furiosa y distorsionada y ruidosa y bella.

La verdad, no sé definir a qué suenan Los Campesinos!. En vivo fueron seductores, contagiosos, el sencillo se antoja un artefacto para atesorar (con todo y cut out del septeto caricaturizado, hermosa metáfora de la unidad en la multiplicidad que debe ser toda banda, those funny little plans that never work quite right). Sin embargo, a partir de su download gratis por todo el internet, sólo hay que buscarle un par de segundos para poder obtener los mp3 sin costo alguno. Para mí son una especie de gusto culpable, un síntoma de nuestros tiempos, una promesa de lo que podría ser y no es aún.


El video de "we throw parties, you throw knives" se puede ver aquí.

El MySpace de la banda es este.

marzo 24, 2007

EN BUSCA DEL SONIDO PERDIDO
Waiting for the Dawn to Crawl Through and Take Away You Life, Dakota Suite

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Dakota Suite
Glitterhouse
2007


Cordura.
Lo declaro abiertamente: en los últimos quince años he extrañado algo musicalmente hablando de manera enfermiza: un buen disco de Red House Painters. No importa que Mark Kozelek (cerebro de RHP) se cobije en un proyecto nuevo (Sun Kil Moon), los primeros tres discos de RHP tienen un sonido demasiado triste, demasiado certero, nunca escuchar música me ha dolido tanto como en los días en que repetí, jamás alcanzando el hartazgo, "Medicine Bottle", "24", "Mistress", o cualquier línea que Mark Kozelek apuntalara con su lacónica guitarra. Un puñado de afortunados recuerdan, con gratitud infinita, cierto momento en Amateur (1995, Hart Hartley) cuando en la escena del bar se escucha "Japanese to English". Siempre es sano recordar el motto que se lleva como tatuaje en el alma: sad to be glad.

Infinita gratitud.
Dakota Suite es Chris Hooson cuya visión musical se puede disfrutar en sus ocho discos (algunos de ellos con arreglos orquestales que rozan el concepto de música de cámara, puro arrobamiento de la mesura siempre hermanado con la obra de Max Richter o Gavin Bryars). Cuatro años han tenido que pasar para que Chris Hooson nos entregue sólo once canciones,...pero qué canciones. Si hay algo que distingue las composiciones de Hooson es la paciencia poética para enlazar un tedio existencial/amoroso con una apabullante guitarra que abarca toda la memoria posible. Paciencia de contar y labrar crónicas que caben en títulos contundentes y que anuncian ensayos sobre la compañia/abandono/ausencia. Tomemos el hermoso título de la primera canción, "Because Our Lie Breathes Differently ". Basta terminar de escuchar ese primer tratado de la distancia del calor humano/afectivo para saber que Chris Hooson ha entendido de manera sorprendentemente clara lo que Ian Curtis intentaba balbucear cuando cantaba "there's a taste in my mouth as desperation takes hold". Cantar con tristeza es sencillo, cualquier bandita de la semana te lo puede demostrar, pero encarnar un medio de salvación musical es otra cosa. ¿O existe otro modo de entender una canción como "All Your Hopes Gone Cold"?

He aquí uno de los tres discos que debes tener en el 2007, olvida los demás... los otros dos discos no salen todavía... y Chris Hooson puede tomarse otros cuatro años de descanso...


RESEÑA
Arthur Henry Fork y Fennesz @ MIDE; 22 de marzo, 2007

El arte moderno me provoca sentimientos encontrados. Como labor humana, me parece que no hay marcha atrás y que los tiempos determinan las formas y las técnicas. Como expresión, siento que hay una terrible escasez de espíritu, una falta de mensaje por exaltar al medio.

El festival Radar se especializa en música de vanguardia, cosas que no escucharíamos en otros escenarios. El jueves 22 presentó a dos de estos artistas, Arthur Henry Fork y Christian Fennesz, en el Museo Interactivo de Economía.

AHFORK


El primero, vestido de roadie metalero: jeans y chamarra de mezclilla negros, gorra negra, cabeza rapada. Su falta de pelo metaforizando su falta de ideas. Este 'músico' se sentó con su guitarra, prendió su laptop y con esos dos elementos generó un ruido sin sentido por media hora. Obvio, a eso íbamos todos, a ver como un vato saca sonidos de la nada. Pero esto es una peladez, una infamia. Cualquier hijo de vecino puede sentarse con una guitarra, distorsionarla al máximo, pasarla por unos filtros y agregarle un zumbido digital. Y no quiero contarles como se pondría la vecindad ante tal escándalo endemoniado.

Cuando este muchacho se bajó del escenario, me tocó presenciar una escena fantástica. Un amigo suyo, que no había dejado de platicar con su date todo el set, se acercó a felicitarlo y decirle: "O sea weh, chingonsísimo. La primera como un jazzesito, la segunda una onda industrial y la tercera un alucín, weh". Qué verguenza ser un músico 'experimental' y que te digan eso. Seguramente el tipejo jamás ha oído un jazzesito, mucho menos una rola industrial (los de Ministry no salen en la Quién, supongo) y tampoco ha alucinado en su vida, a menos que haya sido de fiebre y eso explicaría su muerte cerebral.

Cuando tocó el turno a Christian Fennesz, ya estábamos curados del susto y cualquier cosa que tocara seguro sería mejor que el vomito sonoro del pelón. En efecto, el set de Fennesz fue mucho más controlado, un diálogo interesante entre los mismos elementos: guitarra, laptop, filtros y sintetizadores.

Fennesz


La diferencia radica pues, en el buen gusto, la fineza con que Fennesz aprieta sus botoncitos (aquí las niñas fresas ríen cual colegialas). Por una hora, se abalanzó sobre un jam bastante ponedor, un drone que por momentos parecía estructurarse en armonía para volverse a desparramar como semillas sobre una mesa, indistinguibles una de la otra, pero bellas en su conjunto. Sería necio hablarles de canciones que tocó, digo, seguro tiene módulos sonoros que podrían parecer canciones, y de hecho el disco es muy bueno. Pero en vivo sobran los tracklistings y todo se mezcla en una amalgama de sonido que se va dejando como una duna sobre otra.

Admiro a cualquier persona que tenga el interés por crear. En este mundo tecnócrata necesitamos todo el arte posible. También admiro los huevos de pararse solo en un escenario y dejar que tu imaginación fluya a través de tus herramientas, ya sean tambores, oboes o puro cable inerte.

Lo que me parece triste es que se siga este credo conceptual de que todo es hermoso, todo es bello si lo contextualizas. Ahí radica el error del arte moderno, en que tienes que entenderlo para disfrutarlo. La música experimental es un trabajo sólo para iluminados y eso da hueva la neta. Sobretodo si piensas que hace más de 20 años ya hubo gente que pasó de moverle los niveles a sus Moogs, ya averiguaron que clase de sonidos hacen las computadoras, y se han dedicado a crear música verdadera y no solamente ruido.

Lo que Fennesz se paró a hacer en ese hermoso recinto ya lo hizo Aphex Twin con su Selected Ambient Works II, ya lo humanizó Arthur Russell en Calling Out of Context, y en este momento hay mucha gente que está haciendo cosas mil veces más complejas, como Animal Collective, Boards of Canada, Jan Jelinek, Ricardo Villalobos, etc.

Hacer ruido es un juego de niños, literalmente. Todos alguna vez agarramos un palo para hacer sonar una reja, golpeamos una lata de Comex o le soplamos a una botella de Fanta para crear por el simple hecho de crear. Estos artistas lo han vuelto su profesión, experimentando con juguetes mucho más caros y ñoños para romper con los paradigmas. Los aplaudo, se necesita gente así, pero al mismo tiempo quisiera que le bajaran a su clavadez.

La palabra drone dice mucho de la música que representa: es el zumbido de un panal, hipnótico, ominoso, creado por mil seres en sintonía. Pero las demás acepciones dicen aún más. Drone es también zángano, esa abeja sin aguijón que no produce miel, un obrero sin mente propia, una persona que vive de otras, un avión sin piloto. Así sonó esa noche de jueves: sin aguijón, un ruido anodino sin rumbo. Para eso mejor prendo el refri, la licuadora y pongo la tele en un canal con estática. Tal vez lo haga y me lo lleve de gira por el mundo. Les va a encantar, si lo entienden.

Fennesz


marzo 23, 2007

EN BUSCA DEL SONIDO PERDIDO
The Light Divides, Winterpills



Observo la portada del nuevo disco de Winterpills: inmediatamente pienso en cualquier imagen desquiciadamente hermosa engendrada por Michel Gondry en su última aventura cinematográfica: donde un árbol puede ser la señal del futuro en una región imposible...

Las entrañas:
Winterpills sólo tienen dos discos; el último es una hermosa pieza de quince canciones que deslumbra por su sencillez y equilibrio en una guitarra cordialmente magnética por donde se cuela el escalofrío que muestra el camino a un hechizo delicado. Hermosas canciones con el filo de las tempestades más recias y que muestran la importancia de las obras de Elliot Smith, el inmenso Grace de Jeff Buckley o el eterno Van Morrison. Quince piezas que recorren los consabidos ecos de Galaxie 500, Low, Luna, Arab Strap, y demás, para sumarse a una constelación de toda la música que nos hace trizas de forma acogedora.

Luces
"Lay your Heartbreak" sufre del rasgeo inclemente de Dakota Suite para convertirse en un guiño hermoso al disco The Things We Lost in Fire de Low; la más hermosa de todas es "Hide me": hermosos coros que revelan que las tinieblas de la tristeza no son eternas y que la tortura puede ser un misterio revelador. Winterpills, en pocas palabras, es una banda que despliega cierto minimalismo, cierta melancolía que anida refulgentemente en los vientos desérticos, en el páramo que todos llevamos dentro.


Observo la portada del nuevo disco de Winterpills; termino de escuchar quince apuntes precisos para amordazar ciertas soledades, ciertas mentiras...

marzo 22, 2007

PLACERES SENCILLOS
Love Is Dead, Brett Anderson







Love Is Dead
Brett Anderson
Vinil 7"
Drowned in Sound Recordings, 2007



Brett Anderson no cree en la primavera como lo hacen la mayoría de sus coterráneos. Aunque quizá ahora esté más frío que nunca antes durante el invierno pasado, los periódicos y revistas nos hablan de colores brillantes, sandalias, lentes oscuros. Los minivestidos y las minifalditas se usan más que nunca (aunque sea sobre cálidas mallas de lana), y los fosforescentes niñitos -que, casi, nacieron ayer- del new rave o rock and rave se visten como si De La Soul nunca hubiera sacado un disco. Pero el 19 de marzo sale a la venta este sencillo de siete pulgadas que, sin embargo, se grabó "entre el invierno del 05 y la primavera del 06", según nos informa la funda. Así que el señor Anderson se tomó su tiempo para atreverse a celebrar esta primavera, dejando en pausa The Tears y volviendo a los sonidos del Suede que lo hicieron casi un semidios (o Bowie de los pobres) por estas tierras.

"Love Is Dead" (la crítica lo ha dicho, y coincidimos) es un sencillín sin importancia, a pesar de la producción prístina y los arreglos de cuerdas de Amy Langley & The Dirty Pretty Strings. La letra es Anderson in extremis, miserable y adolescente. Ideal para estos climas, pues, pero sin ofrecer realmente nada nuevo, ni vocal, lírica o instrumentalmente. Pero cualquier fan hardcore de Suede quedará encantad@ de celebrar la gélida primavera británica con una vuelta al pasado más triste y auntoconmiserador de esa gran banda que fue Suede.

El lado B, sin embargo, es una hermosura suedesca. "Elegant" tiene la belleza de "She's In Fashion" o, más precisamente, "By the Sea". Una pieza narrativa downtemposa sin ser baladezca (o sea cursi), sin la ingenuidad de "Love Is Dead" (por aquello de su desencanto de la "plastic people"). "Elegant" es una elegía, una oda al paso del tiempo, al desencuentro, a la naturaleza finita y pasajera de nuestra estadía en esta tierra. "Elegant" es una hermosa canción para oídos sensibles, no tan cínicos, no tan críticos, no tan incrédulos. Hay que dejar que Brett Anderson nos recuerde por qué, en pleno 2007, pudo agotar tres fechas seguidas presentando su etapa solista.

El sencillín tiene una portada codiseñada por Peter Saville, lo cual lo hace imprescindible para los coleccionistas obsesos completistas del esteta del pop británico.

Sólo para nostálgicos perpetuos; para los que, con espíritu medieval, reciben con tristeza la maldita primavera.

"Love Is Dead" se puede ver y escuchar aquí.

marzo 20, 2007

DISCO NUEVO
Some Loud Thunder, Clap Your Hands Say Yeah!







Some Loud Thunder
Clap Your Hands Say Yeah!
2007, Wichita
género: indie rock



Este año viene cargado (además de colaciones) de secuelas a discos muy respetados. Es el caso del segundo esfuerzo de Clap Your Hands Say Yeah, la banda de Brooklyn que puso a todo mundo a bailar hace dos años con su disco debut. Como con The Arcade Fire, las expectativas eran muy altas y se esperaba muchísimo de Some Loud Thunder.

Caso idéntico: el trabajo no está a la altura de la esperanza. A través de 11 canciones, los Clap Your Hands se esfuerzan por reinventar su sonido, ser experimentales e innovadores sin conseguirlo. Parece ser que olvidaron sus fortalezas en aras de no ser encasillados. Clap Your Hands Say Yeah, el disco, estaba lleno de números bailables, pegajosos, que desafiaban categorización. En momentos sonaba a los Talking Heads, sobretodo por la voz de Alec Ounwsorth, pero lo cierto es que era un disco brillante por su volatilidad, ligereza y desenfado. Vuelta a la página, y pasa lo contrario. Some Loud Thunder es un monstruo que se arrastra. Es un disco que quisiera escuchar con interés, quisiera que me atrapara y entendiera su grandeza, pero debo ser sincero: me pesa escucharlo. No logro pasar de los complejos arreglos y la voz demasiado dramática de Ounsworth (cuando alguien grita de dolor y no de emoción, es terrible) para disfrutarlo.

La banda sigue siendo buena y tienen momentos decentes, como la marcha al final de Goodbye to the Mother and the Cove, la forzada Satan Said Dance o incluso el primer track que da título al álbum, lo más cercano al Clap Your Hands bailable (pero que no espero escuchar en ninguna fiesta debido a su producción bizarra y sonido apagado y seco). Pero al final, el disco aburre y deja con ganas de baile, del éxtasis de grandes, grandes canciones como The Skin of My Yellow Country Teeth o Upon This Tidal Wave of Young Blood. Incluso el arte de portada dice montones: mientras el primer disco era una explosión de color con niños volando, éste es una mancha en grises con caras retorcidas y ambivalentes.

Todo esto me hace pensar en las expectativas y efectos que el público, y sobretodo el público 'indie' (de puro conocedor, dice), puede tener sobre un artista. El mundo de la música pop exige todo de sus héroes y es fácilmente decepcionado. No puedo imaginar este tipo de presión sobre un artista visual o un escritor. Vamos, cada obra es distinta y tiene sus propios valores, pero en la industria discográfica un pequeño desliz, o un desvío, pueden ser la muerte de una banda.

Some Loud Thunder es indudablemente una tangente del camino que parecía trazado para Clap Your Hands Say Yeah. No es un camino agradable, de hecho suena como al camino mítico de espinas. No sé que haya en su destino, pero por el momento parece ser que estos neoyorquinos están encontrándose con dificultades para darle sentido a su fama y lugar en el mundo. Es doloroso escucharlos tan confundidos.

PLACERES SENCILLOS
Why/Come Write Me Down, The Memory Band




Why/Come Write Me Down
The Memory Band
Vinil 7"
2006, Peace Frog Records



The Memory Band son Stephen Cracknell, Nancy Wallace y Jennymay Logan, y este sencillo es de su último LP, Apron Strings. Lejos del sonido instrumental, cuasibailable, envolvente y autoreflexivo de su clásico "This Is How We Walk On The Moon" (2004), este siete pulgadas (carísimo para los precios de los sencillos de major labels, pero habrá que comprender que se trata de un release verdaderamente independiente y de edición más limitada) ofrece dos piezas líricas de pura delicadeza folk. "Why?" es una pieza original de Nile Rogers y Bernard Edwards y popularizada por el cover de Carly Simon, pero con los arreglos, bajo y la percusión de Cracknell (el motivo principal acentuado por las cuerdas) y la hermosa voz de Nancy Wallace (Logan en el violín) construyen una ofrenda super melancólica del más puro folk revivalism. Una canción de amor doloroso casi a la manera de Isobel Campbell en sus más finos momentos (con una carga más "rural" que urbana). "Come Write Me Down" tiene a Adem Ihan en las bocales y bajo y a Rob Spriggs en la viola, y se trata de una pieza más rápida pero no por ello menos triste. Más del lado del folk puro que de la folktronica, el sencillo suena realmente contemporáneo, recordándonos por qué Cracknell sigue siendo una de las figuras más importantes de la escena independiente actual. Imprescindible.

marzo 18, 2007

DISCO NUEVO
Disco Romance, Sally Shapiro







Disco Romance
Sally Shapiro
2007, Diskokaine.
Género: electronica, dance



La circunstancia y el propósito siempre me han parecido dos de los elementos más importantes para entender la vida humana, y para sobrevivirla. Escapar de la circunstancia define al ser humano, su propósito lo exalta y lo hace trascender su naturaleza animal. El arte, por supuesto, es puro propósito y elude a la circunstancia por ser naturalmente impráctico.

Sally Shapiro es una 'princesa sueca del pop' que se ha liberado de la temporalidad por invocarla. Su debut, Disco Romance es el vinyl perfecto que nunca se grabó en los ochenta. Totalmente construido de sintetizadores disco cubriendo una voz inocente, casi de niña que recuerda a la joven y rebeldísima Madonna. Con letras de amor rosa que pudieran haber salido de los sueños de Sandy, el personaje de Laura Dern en Blue Velvet, este LP recrea el pensamiento utópico y a la vez decadente de esa década seminal del siglo XX.

Sólo mirando atrás unos cuantos años podemos darnos cuenta de qué importancia resultarían las canciones, el sonido que determinara a esa época. Tan poco nos hemos movido, tan pocas cosas han cambiado desde la era Reagan, la Guerra de las Galaxias y los colores fosforescentes. Sally Shapiro y su productor, Johan Agebjörn, escriben y componen como si hubieran sido congelados en 1982, añadiendo a la mezcla el propósito del siglo XXI: añorar.

Disco Romance suena siempre a lo mismo, y eso lo hace brillante. Todo esta en su lugar y nada desentona en esta maravillosa fantasía que ha creado Shapiro de ser la diva perdida en el tiempo, el secreto mejor oculto por 20 años. Por eso no da entrevistas ni se describe a ella misma. Deja que su música te transporte a un lugar que no tiene tiempo para que evoquemos (al menos a mi edad) un momento feliz, inocente y perfecto donde el amor era posible por ser libre.

Sus títulos: I'll Be By Your Side, Find My Soul, Hold Me So Tight, Sleep in My Arms... remitentes al momento idílico del romance eterno. Al analizar el espectro musical actual, podemos encontrar la constante de la melancolía: el pop-folk de Belle y Sebastian, el rock antémico de Arcade Fire, y ahora el italo disco sintético de Sally Shapiro.

Si Disco Romance hubiera aparecido en los ochenta, su circunstancia lo habría condenado al anaquel de descuentos. Como este es el año 2007, su propósito de reinvención lo hace estupendo. Es una caja de tiempo que demuestra que seguimos bailando al ritmo de siempre.

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Escuchen el primer sencillo, I'll Be By Your Side:



The Arcade Fire @ Brixton Academy; 17 marzo 2007



The dreaming collective sinks down in its inner life into the arcades...
-Walter Benjamin, The Arcades Project (1927-1940)


Es el día de San Patricio y es el cuarto y último concierto del Arcade Fire en el Brixton Academy. Habiéndomelos perdido (no sin intentarlo) en la iglesia de St John el 31 de enero y no habiendo encontrado boleto pagable alguno para las primeras tres fechas, algún leprechaun bondadoso intercedió por este simple mortal y aseguré una entrada. Llegamos cuando Electralane llena el viejo y mítico teatro con un ruido femenino feroz y delicioso (las últimas dos piezas no son del todo distantes del sonido del último Arcade Fire).

Los canadienses aparecen -se les ve cansados, notablemente- ante el foro atiborrado. La recepción es ensordecedora y sólo el estridente sonido puede callarla. Los conciertos, los segundos -y terceros- discos también son como el amor: demasiadas expectativas pueden matarte, o de menos romperte el corazón. Quizá la culpa es nuestra y es que esperábamos tanto el nuevo disco y esperábamos verlos en vivo tanto que no podemos evitar sentir una sutil forma de tristeza, de desencanto del mundo.

El Neon Bible no es ni la sombra de la energía creativa desbordante del Funeral o de su epónimo EP. Por eso ni Keep the Car Running ni Dark Black Mirror logran prender, o será también que el sonido está terrible y que, cosa rara en estos lares, lo que nos llega es una masa de audio grave con mucha distorsión. Se tardarán tres o cuatro piezas en tomar forma -y en hacerle entender al ingeniero de sonido que hay instrumentos que de plano no se escuchan- para que el Arcade Fire incendie el escenario.




Frente a un órgano eclesiástico de utilería y una espectral biblia de neon rojo y enmarcados por pantallitas en blanco y negro que evocan las fantasmagorías del siglo XIX (de las que hablara Benjamin, ni más ni menos, en su Arcades Project) la novena canadiense es un troupée de pueblo en versión sofisticada: con la energía deseante, libidinosa, sexual de los Pixies y la delicadeza de los Decemberists, The Arcade Fire es un conjunto verdaderamente único en la escena del pop actual. Queda claro que su mejor material sigue siendo el Funeral y que fue aquél la summa de su estética. Aquí todo huele a incesto y a pasión prohibida y a escape y a fluídos y a corazones corriendo en enloquecida cabalgata. Puro amor con la máquina encendida, para salir huyendo.


Y a pesar de la impresión inicial, las endorfinas -o algo más, supongo que no será sólo juventud, ¿o sí?- les dan una patada en el trasero y pronto este ejército de multiinstrumentistas tocarán y cantarán como poseídos por el diablo. Los momentos épicos tendrán que ser, necesariamente, Rebellion (Lies), Tunnels, Power Out, Wake Up, y, por supuesto, el encore a media luz que ya se les conocía del cover como en versión de marcha fúnebre de Guns of Brixton. (Nuestra amargura treintañera no puede sino preguntarse si los kiddies de menos de 18 que también pueblan el lugar sabrán de The Clash y su legado). Y bueno, esta noche es San Patricio y nos han llenado de dorada belleza y estamos en Brixton y uno quisiera pensar que esto es mítico, épico, onírico... pero también trágico.



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Post Scriptum
La experiencia en el exilio, inevitablemente, lo mueve a uno a reflexionar cosas. La doble coerción del capitalismo avanzado, feroz e indetenible: por un lado, la oferta, la oportunidad, la abundancia. Por otro lado, la desmitificación, la conversión de todo en mercancía, la nulificación de la experiencia poética, la desensibilización de las masas. A la salida del Brixton Academy, de puertas angostas, la masa en su mayoría adolescente convertirá el coro de Wake Up en porra futbolera, en continuación de la británica peda madrugadora y contradictoriamente extrovertida. La sensación de que un poco de carencia sensibiliza: el tenerlo todo anestesia. Jamás pensé que lo diría, pero agradezco a México el haberme educado en la poética de la carencia, en la importancia de saber valorar (lo bueno y lo malo: la capacidad de juicio, pues). La falta de respeto que, a pesar de todo, se ve ante el arte (la gente parándose todo el tiempo al baño o por cerveza durante la película en el Electric Cinema de Notting Hill, por ejemplo; la gente platicando o viendo el reloj o echando desmadre a lo pendejo en el momento más épico del concierto) en esta capital cultural del mundo no hace sino evidenciar el poder estupidizador del capitalismo y de la política del exceso.

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El concierto de ayer fue algo así:






El cover de Guns of Brixton sonó así (video del concierto en St. John's, Londres, el 31 de enero (absolutamente imposible entrar como simple mortal).

marzo 13, 2007

DISCO NUEVO
Paper Television, The Blow











Paper Television
The Blow
2006, K.
Género: indie pop, electronica



Khaela Maricich era una artista visual 'alternativa' y ya todos sabemos que en eso no hay futuro ni decencia. Por eso desde hace un par de años decidió unirse al músico electrónico Jonah Bechtolt con resultados sorprendentes para The Blow. Mientras los discos que Khaela había grabado sola solían estirarse y languidecer en el experimentalismo, Paper Television llega para presentarnos una banda completamente distinta. O una banda y punto.

Las letras de Maricich siguen siendo dulces, femeninas. Su voz es delicada y sencilla, algo que puede ser una ventaja con la actitud correcta. Y ella tiene esa actitud. Mientras que otras mil bandas explotan la combinación chico-chica-sintetizador mostrando un lado oscuro o rudo, The Blow se instalan en el pop accesible y alegre. Como un St. Etienne de suburbio californiano, le bajan a su pedo y se concentran en hacer música bailable para cantar en días soleados saliendo del baño o manejando en carretera.

El disco salta de estilos como se cambia uno de ropa interior (esperemos que así sea para todos los lectores de Up to Eleven). Pasa del electroclash al dub, del industrial al dance estilo M.I.A., de un euro-retro parecido a April March al tecno maniaco de StereoTotal, del downtempo al hip-hop y el big-beat.

Tantos estilos juntos podrían ser una quimera sin sentido, pero The Blow consiguen cohesionarlos efectivamente en un disco divertido e inteligente. Las mejores dos canciones: Parentheses y Fists Up, ubicadas estratégicamente en segundo y penúltimo track, respectivamente. La primera, un genial juego de palabras usando elementos tipográficos enamorados:

Built well you're a strong letter I
with the feet on the ground and the head to the sky.
Now and then you can bend, it's okay to lean over my way.
You fear that you can't do it all, and you're right.
Even diligent day takes relief every day
from its work making light from the night.

And when you're holding me we make a pair of parentheses.
There's plenty space to encase whatever weird way my mind goes,
I know I’ll be safe in these arms

La segunda es la mejor canción de amor perdido que he escuchado en mucho tiempo:

I have tried
My hopes have blossomed
And my hopes have fried,
I tried to cut them all down
But i found hopes were still living deep inside,
Like a team of renegade lovers
Working long hours sneaking around
With a belief in the life of our love,
Like a light at the end
Of a long tunnel; a struggle

Fists up!
For all their faith in one preceding a face,
They really do believe that if
They hang on long enough
That you'll come around
And finally let it show
And all their hopes will be rewarded
For their impetus to grow,
Well utopian piece would fall across the land
You'll reach over for my hand,
You'll really want to hold my hand

And I don't want to come to the point of this song,
Because the point of this song
Would happen to be so long.

Bendito el momento en que Khalea Maricich decidió dejar la pretensión del arte conceptual para darle algo significante al público y llenarlo de alegría. Su trabajo es en realidad una pantalla de sueños dibujada en un papel, una servilleta. Ahí se transmiten los programas que imagino, las historias de amor con las que uno sueña y se emociona y quiere gritar al viento.

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Aquí, el video de Parentheses:



marzo 12, 2007

DISCO NUEVO
Neon Bible, The Arcade Fire









Neon Bible
The Arcade Fire
2007, Merge.
Género: indie rock



Todas las bandas se enfrentan al terrible monstruo del Sophomore Jinx. Esto es, llegar a su segundo disco y probarle al mundo que pueden hacer un tercero. Algunas no lo logran y mueren en el intento (los Counting Crows, por ejemplo). The Arcade Fire llega para pelear contra la bestia con su segundo esfuerzo conceptualmente titulado Neon Bible.

Me queda claro que nadie se atrevería a decir algo negativo sobre The Arcade Fire. Por mucho son la banda consentida de los indie kids. De los yuppie kids también. De todos, pues. Su debut, Funeral, es una obra maestra dificilmente superable por ellos o por cualquier otra banda existente. Es un disco perfecto y para una banda nueva, eso es MUY peligroso.

Así llega Neon Bible, con expectativas enormes y casi imposibles de llenar. ¿Las llena? No. ¿Satisface? Seguro. La música está al nivel del primer disco, no así las letras que parecen un poco forzadas. Si Funeral es una elegía de pies a cabeza, un género cerradísimo, Neon Bible es un disco conceptual de límites vagos y ambiguos. Todo lo oxidado del mundo está aquí: la guerra, la soledad, los medios masivos, la religión. Un bello catálogo radioheadesco.

El que mucho abarca poco aprieta y aquí los montrealenses lo comprueban. No podemos culparlos, tenían que ir por todas las canicas para mantenerse en la cima de la montaña improbable que ellos mismos crearon. Aún así, el LP tiene momentos brillantísimos: la eclesiástica Intervention, la oscura Black Wave/Bad Vibrations, la imparable The Well And The Lighthouse y el rockabilly torcido de Antichrist Television Blues (nunca antes un canadiense había sonado tanto a Elvis).

Si son fans les gustará. Si no son fans, también. Es un disco escurridizo pero fuerte y sobretodo valiente. Tal vez si éste hubiera sido el debut y Funeral el sucesor, The Arcade Fire hubieran obtenido su lugar en el salón de la fama instantáneamente. Ahora tendremos que esperar al próximo disco para saber cómo va eso. Yo les tengo fe. The Arcade Fire escogieron el camino difícil siendo geniales desde el principio y todo lo que comienza bien, estará bien.

RESEÑA
Kings of Convenience @ Polyforum Siqueiros; 7 de marzo, 2007

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© Zu


La noche estaba llena de nostalgia después de una semana exhaustiva de rock a cargo del Whitest Boy Alive. En la inmensa fila rodeando el Polyforum la gente comentaba uno u otro concierto: el Bull, el Pasagüero, el MXBEAT de Puebla. Todos coincidían en que habían estado chingones.

Así que ahí estábamos, listos para entristecernos voluntariamente y decirle adiós al incansable Øye (quien un día antes había sufrido un ataque del Moctezuma's Revenge, en sus propias palabras). Para no perder la costumbre, Noiselab nos dejó parados en el frío un buen rato. A las 8 y media comenzó a tocar la banda abridora, Improbable People, la versión vieja y mexicana de los Kings of Convenience. Es macabro cuando puedes ver el futuro de alguien en sus papás, y éste era el caso. Ojalá los Kings no se vean así en quince años. Me imagino a los dos Improbables tocando Aute, Serrat y Silvio en sus departamentos de Villa Olímpica y aunque tienen afinado su arte, la verdad no tienen ondita.

Finalmente, a eso de las 9 y veinte salieron los Kings of Convenience, aplaudidos, ovacionados y chiflados en extremo. Esto se volvería el modus operandi del recinto por el resto de la noche, desgraciadamente. Después de disculparse por la cancelación del show el día anterior, Erlend y Eirik y se dedicaron a tocar tendidos lo mejor de su material. El Respetable disfrutó Singing Softly To Me; Winning a Battle, Losing the War; I Don't Know What I Can Save You From; Love is No Big Truth; Stay Out of Trouble; Know How; Gold in the Air of Summer y Cayman Islands entre otras. Los noruegos se lucieron tocando Homesick y Misread y cerraron con el número más movidón que tienen: I'd Rather Dance With You. Apoyados por dos amigos, un aleman y un italiano, tocaron cerca de hora y media y anunciaron que grabarían parte de su nuevo disco en casa de un amigo en Puerto Vallarta. ¡Qué elegancia la de Francia!

Todos los adjetivos para describir el concierto sobran: tranquilo, dulce, lindo. Una muestra de buena composición y apuesta por el silencio para lograr un momento de saudade.

A las 11 los Kings tenían que reponer el concierto cancelado del día anterior, y el público fue desalojado rápidamente. Me cuentan que el segundo show fue casi idéntico, pudiendo alargarse unas canciones más. Yo tuve con una sola dosis, atascarse de folk puede ser mortal.

El público fue feliz, paradójicamente. Tal vez demasiado: chiflidos y gritos fuera de lugar, los latinos nos confundimos cuando escuchamos algo que se asemeje al jazz y creemos que cada síncopa y silencio es oportunidad para gruñir y cacarear como en partido de futbol. Ni que hacerle, la emoción se nos desborda guturalmente.

Una noche linda, tranquila y dulce. Erlend Øye y compañía dejan en México un bello recuerdo (y ojalá una lección) de fineza, estilo y buen gusto. Farvel.

PLACERES SENCILLOS
It's All True, Tracey Thorn






It's All True
Tracey Thorn
Virgin, 2007



Cuando por fin las mañanas llegan antes -abres la ventana y es temprano pero el día ya es viejo- pero las temperaturas todavía arrastran las cobijas del invierno, la tersa, nostálgica, hermosa voz de Tracey Thorn reaparece en el paisaje. Este doce pulgadas -con un hermoso diseño de iwantdesign.co.uk con una fotografía de la chica con la espina en el nombre por Valerie Phillips- ofrece cuatro remixes a la versión del LP. Para una artista cuyo universo lírico está poseído por los fantasmas del pasado y de lo irrecuperable, "It's All True" es un ejemplo de su espectral presencia: en algunos tracks su voz casi ni siquiera aparece (el delicioso DSE Dub, un minimal tech matutino para el after-hours o el recomienzo). Este doce es una bella prueba de la capacidad colaborativa de la Thorn, que sin la sombra de Ben Watt ofrece su humildad creativa al prácticamente borrar su presencia vocal, y sin embargo habitar cada limpio, dubezco beat digital (oigan el Martin Buttrich Dub, que comienza con unas cuasicursis y lushescas cuerdas sampleadas, para después de una intro percusiva que define los motivos melódicos introduce en reverb y delay la filtrada voz fantasmática, como desde el más allá, de nuestra estrella). El Remix de Kris Menace es lo más parecido a una "canción-canción", donde la voz ocupa un lugar preponderante. Algo de electro, algo de italo-house, algo de melancolía discotequera, algo de cheesiness neoromántica-new wave.

Thorn reaparece años después de su último release solista y de su última aparición como EBTG para demostrar que el genio y la belleza pueden ser humildes y sutiles en un mundo donde lo que domina es la vulgaridad (Beyoncé, Shakira, Paris Hilton).

Son ya 23 años desde que Everything But the Girl sacó su primer álbum, y Tracey Thorn, con este sencillo y nuevo long play, demuestra que sigue siendo, en espíritu, la niña que siempre ha sido, creativa e inocente.

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El MySpace de Tracey Thorn es este.

El video de "It's All True" se puede ver acá.

RESEÑA
MXBEAT @ Parque Alameda; marzo 12, 2007

¡Ah, lo que puede hacer el dinero!

En una galaxia muy, muy lejana conocida como Santa Fé, una malvada corporación organizó uno de los mejores eventos del año. Y hasta allá asistí, resistiendo un clima londinense a una semana de que inicie la primavera. Febrero loco y marzo otro poco, dicen.

A pesar del clima y la promesa a medias de barra libre, el festival MXBEAT se lleva aplausos por su impecable organización y la visión de traer a bandas TAN CHINGONAS.

No puedo decirles cómo estuvieron La Gusana Ciega ni Chetes porque llegué tarde. Lo que si puedo decirles es que mientras más rápido dejen de escuchar esa basura, mejor para ustedes. Los Superelegantes, por su parte, me perdieron completamente. Me gustan mucho un par de canciones, pero verlos en vivo me hizo aborrecerlos. Desafinados, descuidados y MUY pendejos con sus comentarios. Las peores mañas de las bandas latinoamericanas en menos de media hora de show.

Aquí la tarde se puso interesante, y subió al escenario Architecture in Helsinki. Sin duda alguna, la banda más sorprendente del festival. De alineación eternamente cambiante, los australianos tocaron un set perfecto. Música complejísima, erudita y salvaje al mismo tiempo. Geniales.



Después de ellos tocó el turno a Tapes n' Tapes, banda de Minneapolis que logró el mismo efecto que los Superelegantes. Ni siquiera en eso son originales. Los cintas-cintas parecen sacados del Indie-Rock Idol: acartonados, sin espíritu ni estilo. De plano me malviajaron y no encuentro ninguna razón por la cual volver a escuchar el disco.



Este mal sabor de boca se limpió con la presentación de Spoon. Señorazos trajeados todos de negro, seguramente son lo más fino que ha salido de Texas. Un rock clásico de factura altísima, como en los mejores tiempos de The Who o los Kinks. A eso me recordaron, pero no les hago justicia. Spoon son su propio género y dios los bendiga. Desde hoy haré penitencia y me aprenderé todas sus canciones para poder corearlas la próxima vez que los vea, porque los volveré a ver, oh sí.

© Rodrigo Jardón


Los Babasónicos llegaron con el público ya borracho y sonrisas de oreja a oreja. Un momento perfecto para escuchar himnos en tu idioma. Desde que estos argentinos mamonsetes comenzaron tocando punk me gustaban. Pasaron por su periodo metalero, su periodo surf, su periodo baladista y ahora están en pleno U2-llena-estadios. Han cambiado radicalmente, podrían tocar cualquier cosa y en vivo se dedican básicamente a complacer. Yo quedé complacidísimo, escuchando casi completo el último disco (que me parece brillante), algunas del Infame y una del Jessico. La mejor banda de rock en México tiene puros integrantes argentinos, go figure.

© Rodrigo Jardón


Finalizando el lineup en el escenario principal, aparecieron Peter Bjorn and John. Bueno, en realidad eran Peter Bjorn and Dude, ya que John aparentemente no llegó de Japón. Tal vez venía guardado junto con las guitarras, que tampoco llegaron, o tal vez tuvo una premonición del accidentado set que tendrían sus compañeros y decidió ahorrarse la molestia. Pero nadie notó su ausencia. A pesar de las fallas en el sonido y un imbécil que se subía al escenario a hacerse el cagadito, Peter Bjorn and Someone fueron todo lo que esperaba: dulces, inteligentes, y algo más. De repente me recordaron a Sonic Youth, con sus riffs de horas, su distorsión finísima. Camaelones sorprendentes. Tanto, que pueden aparentar ser una persona completamente distinta (oops, sí era una persona completamente distinta).

© Rodrigo Jardón


Ocho horas pasaron y el cuerpo ya no aguantaba para quedarse a la fase antrera del festival. Seguramente fueron horas de chupe, tabaco y ligue sin control. Todo mundo en ese lugar parecía un predador listo para el ataque pero el predador, en realidad, era el evento mismo. No por nada Marlboro comercializa una de las sustancias más adictivas y peligrosas del planeta: con una capacidad de organización como ésta, atraparían a cualquiera. Cigarros, tragos, playeras y mochilas gratis; una fiesta para miles de personas donde todo funciona, desde el estacionamiento hasta los baños. A eso súmenle bandas que nadie más hubiera traído (qué inothentes, dirían los niños anti-piratas) y el resultado es un día de puro hedonismo. Es lo mínimo que debería devolverte una compañía que se dedica a matarte lentamente. Killing Me Softly debería ser su canción, y yo la cantaría.

marzo 11, 2007

PLACERES SENCILLOS
North American Scum, LCD Soundsystem






LCD Soundsystem
North American Scum
DFA/EMI, 2007


"I'm a nerd."

-James Murphy, in interview with Mixmag, March 2007


La semana pasada salió al mercado el primer sencillo del nuevo álbum de LCD Soundsystem, el proyecto de James Murphy que en 2004 irrumpió en el mainstream con su hitazo "Daft Punk is Playing in My House". Disponible en dos versiones diferentes, en 12 y 7 pulgadas, el sencillo en formato pequeño incluye la versión normal de "North American Scum" en el lado A y "Hippie Priest Bum-Out" (el doce pulgadas incluye dos remixes más del title track). Más bien lejos quedaron los días de "Losing My Edge", la que a mí parecer resumía de modo genial la estética murphiana, muy newjersey-newyork, muy treintañero nostálgico por el punk, muy esnob east side, adorablemente mamón y cool, pues. Este nuevo sencillo tiene, sin embargo, una combinación de elementos interesantes que lo harán imprescindible en este 2007. Como un reworking del "Rockafella Skank" de Fatboy Slim pero en versión krautrock, "North American Scum" es pegajosa a más no poder. Su casio beat es engañosamente seductor, su downtemposo breakbeat y sus letras autocríticas -se agradece que usen el prefijo "North", a diferencia de, digamos, los idiotas de Green Day- componen una bomba de track, bailable y chistosito. No es, para nada, lo mejor del nuevo disco, Sound of Silver (hay que escuchar la última pieza, una balada melancólica a todo piano, elegía dolorosa a Nueva York). Hay algo de Kraftwerk, de OMD, de New Order; LCD Soundsystem baila en el borroso dancefloor entre el mainstream popero y la exquisita eclectrónica europea. El lado B es una joyita instrumental -se agradece que desistan de las vocales, que siempre harán una canción reconocible y por lo tanto más vendible- oscura y minimal, más difícil sin ser compleja. Una especie de respiro lúgubre ambient-downtempo-electro-breakbeat tras la popez del lado A.

La mejor elección en términos comerciales para promocionar el nuevo disco, pero de ningún modo la mejor pieza del disco. Sin embargo, uno no puede sino envidiar la calidad creativa de James Murphy, ese nerdsazo gourmet de 36 años que decidió dejar la carrera en literatura inglesa en NYU para dedicarse a remezclar y poner discos con su cuatacho Tim Goldsworthy un buen día de 1999 en la ciudad de Nueva York.

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LCD Soundsystem tocará el próximo miércoles y jueves en el Astoria en Londres. Los boletos están agotados desde diciembre del año pasado.


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El video de "North American Scum" se puede ver aquí.

marzo 10, 2007

PLACERES SENCILLOS
Off the Hook, CSS











Off the Hook
CSS
Sub Pop/Sire, 2007



Pues uno no podría pedir más por 99 pence (12 pesos mexicanos aprox): el nuevo sencillo de CSS (Cansei de Ser Sexy), el sexteto brasileiro que tomó por sorpresa al mundito indie anglosajón, es una verdadera maravilla pop. "Pop", por supuesto, en el buen sentido: una buena dosis de simplicidad con una delicada combinación de elementos estéticos que no pueden sino recordarnos, al menos un poco, al Last Splash de The Breeders. El lado A del sencillo es lo suficientemente limpio y directo como para resumir perfectamente el sonido de la banda de Sao Paulo: bailable con sus guitarras cuasisurferas y su indispensable breakdown.

El lado B es una verdadera obra de arte, trascendente en su celebración de la banalidad. Apropiadamente titulada Meeting Paris Hilton, el reverso de este siete pulgadas logra resumir lo que inventó Miss Kittin & the Hacker (eso que se llamaría electroclash y que ahora insisten en llamar rock n'rave) y que se ha vuelto un elemento esencial del paisaje sonoro de estos meses. Electro, punk e indie pop en la licuadora, más unas vocales heredadas, insisto, de Kim Deal pero también del clan early nineties de la Kill Rock Stars (Heavens to Betsy, Bratmobile, Sta-Prest, Witchy Poo, Mary Lou Lord). (Ya quisiera María Daniela tener el gesto vocal -y la ingeniería de sonido- que hace a CSS sonar así de novedosos siendo en realidad tan inevitablemente retro).

Lo que se antoja es un celebrity deathmatch (o lucha en lodo, pues) con The Gossip. (Espere nuestra próxima reseña).

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El video de Off the Hook se puede ver aquí.

marzo 08, 2007

PLACERES SENCILLOS
The Great Awakening, The Early Years








The Great Awakening
The Early Years
Beggars Banquet, 2007


[Con este post iniciamos esta sección, titulada "placeres sencillos", para pequeñas reseñas de sencillos nuevos y no tan nuevos, redactadas desde Londres por Yours Truly]


Este disquillo de doce pulgadas -más que un sencillo, propiamente un EP- llama la atención de entre el montón de nuevos sencillos por su portada gris metálico y negra, una composición en tintas matte y brillante de figuras invernales -ramas de árboles desnudos, un par de aves monocromas- autoría de Brendan Kersey, quizá mejor conocido por tocar el bajo en Yeti, esa banda de John Hassall, ex Libertine. Eso no lo sabe uno a menos que abra el disco y lea la funda de las doce pulgadas de acetato que contienen cuatro conmovedoras piezas de un rock melancólico y poderoso como ya no se escuchaba mucho en la Gran Bretaña. El lado A contiene Say What I Want To y On Fire; el lado B Autumn Song y A Little More (Version II). The Early Years son David Malkinson, Roger Mackin y Phil Raines (dos guitarras y batería, pero la grabación revela extensas armonías ambientales de sintetizador y efectos digitales, así como una línea de bajo muy presente no ajena a las omnipresentes bases de Joy Division o de los al parecer ya olvidados Interpol o las estrellitas del momento the Killers).

En las cuatro piezas (y sobre todo en la deliciosamente demoledora A Little More (Version II), un corte instrumental brillante y evocador) The Early Years se revelan como una de las bandas más interesantes de la escena británica actual: en tan sólo cuatro cortes ofrecen más madurez estética y mayor propuesta lírica y musical que The Killers y The Horrors juntos. Y claro, muestran respeto a la tradición que implica el sello Beggars Banquet y Say What I Want To entra con unas guitarras envolventes y loopeantes que pronto receden para dejar los reflectores a una voz íntima pero firme que logra tanto ubicarlos como purísimo y accesible pop como pleno art rock en la tradición del Velvet Underground (y uno se pregunta qué hubiera sido de los Strokes si hubieran decidido tocar como estos chamacos.)

Y On Fire empieza con una percusión precisa y casi digital que a la par de unos efectos muy techy evoca al mejor New Order, una oda in crescendo que pasa de un loop vocal tranquilo y amoroso que pronto rompe en un cresta de ola con rotundo estallido percusivo hacia un cuatro cuartos potente que reelabora el hook principal presentando las letras principales y dejando los coros del principio a un trasfondo nostálgico y onírico. Si bien la pieza se construye elaboradamente al principio, parece terminar muy rápido, desvaneciéndose hacia el centro del vinilo antes de tiempo, dando la impresión de que la banda no supo bien como solucionar semejante monstruo de canción. Autumn Years crea equilibrio entre las otras piezas del EP, incluyendo los aspectos melodiosos y tranquilizadores de A Little More y la intro de On Fire y una base rítmica más downtemposa que la seguramente vendedora y gustante Say What I Want To.

Una delicia, de principio a fin. Un rayo, si bien oscuro, lleno de esperanza.

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El video de Say What I Want To se puede ver -y escuchar- aquí.

marzo 07, 2007

NOTICIA
Kings of Convenience cancelan primera fecha

¿¡Qué dices?! ¿Teníamos show?

Para aquellos que por alguna razón tenían boleto para ver a los Kings of Convenience el martes 6 de marzo y no pudieron ir, pues que suertecita (como diría Bumbury). El concierto se canceló y los organizadores aseguran que ese show se repondrá mañana, después del programado para el miércoles 7, a las 11 de la noche.

No hay permanencia voluntaria, pero si frustración involuntaria.

marzo 04, 2007

RESEÑA
Un Teni, Hello Seahorse y The Whitest Boy Alive @ Pasaguero, 3 de marzo, 2007


La música es un negocio truculento. Lo es porque la música es un arte, y el arte rara vez se relaciona mentalmente con los negocios. Pero para una industria incipiente como la mexicana, comienza a ser una realidad que todos debemos afrontar. Los promotores ganan dinero, los locatarios ganan dinero, los artistas ganan dinero, y ese dinero sale de la bolsa de los asistentes a los conciertos. Es justo entonces que los organizadores respeten al público.

Me imagino que, a falta de experiencia, es cuestión de tiempo para que las cosas se afinen. Pero en México las cosas se improvisan, no se estudian ni se analizan. Mientras en Estados Unidos o Europa existen carreras universitarias de organización de conciertos aquí cualquier entusiasta se avienta el tiro para armar un show. Es el mexican way of thinking.

Qué bueno que haya entusiasmo. Es justo lo que necesita esta ciudad y este país para salir de su rezago y del control del nefasto monopolio de Ocesa sobre la organización de eventos 'culturales'. Pero estos entusiastas deben concebir su trabajo como algo serio, no algo improvisado, y sin usar la excusa de que 'organizar cosas es difícil'. También la labor de un cirujano es difícil, no por ello puede hacer mal su trabajo.

Una mala organización incluye: rentar un lugar inapropiado para un evento. No pensar en la seguridad del público. No contratar el equipo técnico suficiente para el evento. No respetar los horarios establecidos. No pensar en las agendas de los artistas, su traslado y necesidades. Vender las localidades sin confirmación expresa del artista y local. No proveer los servicios necesarios para el evento, como es el estacionamiento de vehículos, o el acceso para personas de capacidades diferentes. Y uno muy importante: pasar por alto que todo aquel que pague un boleto tiene el mismo derecho a disfrutar el show, visual y sonoramente, desde cualquier punto donde se encuentre.

En la ola de conciertos que estamos viviendo, como anoche, estas situaciones son el pan nuestro de cada día. Con el ExNafinsa clausurado, hubo que improvisar el Pasagüero. Quiero ver qué pasaría si una noche hay un incendio en ese lugar (o en el Alicia, o el Cultural Roots). Ojalá nunca ocurra. Mi punto es que esos lugares NO son aptos para organizar un evento masivo. Sobre los horarios, este evento fue la excepción y las puertas se abrieron a tiempo, pero comunmente los conciertos se retrasan dos, tres horas y eso es inaceptable. Ayer, en el MXBEAT de Puebla se canceló la presentación de CSS (a falta de visas de trabajo, que debieron haber provisto los organizadores) e improvisadamente, The Whitest Boy Alive le hizo el paro a Marlboro para regresar corriendo. Afortunadamente para todos, les salió bien. Pero cualquier cosa pudo haber salido mal, y entonces no sólo un evento se hubiera arruinado, sino dos en la misma noche. Dos calles del Centro Histórico estaban completamente atascadas de automóviles debido al concierto. A los organizadores, aparentemente, les vale un comino que todos esos coches estén expuestos a robos, que los levante la grúa, choques, etc. (ni que decir de los estacionamientos patito del Palacio de los Deportes). 'Que la gente venga como pueda y bajo su propia responsabilidad', parece ser su postura. Y finalmente, cualquiera que haya ido al Pasagüero, o al ExNafinsa, o el Salón 21, o el Foro Sol sabe que encontrar un buen lugar hace toda la diferencia entre pasarla bien y vivir el infierno. Pagas 300 pesos por ir a ver a tu banda favorita y no ves nada, o no escuchas nada, o escuchas todo mal, o hay una barra de alcoholes justo enfrente del escenario. La gente no debería tener que proveerse su show. Los organizadores deberían ASEGURARLE un buen show a todos. Las fotos que acompañan a este post demuestran, sin afán de ser anal, que el Pasagüero tampoco es apto para hacer un concierto. El show de Cat Power hace unos meses, demuestra que tampoco el Carranza es un buen lugar. El concierto de Stereo Total en el Cultural Roots hace lo mismo con ese local.

Vocalista, bajista y columna dando un gran show


También quisiera poner los reflectores sobre el público en este punto: ya basta de mosh pits, empujones y desmadre. Una chica o incluso un niño tienen derecho de ver un show desde donde se le antoje, y los demás asistentes tienen como responsabilidad la seguridad de todos. Dejemos de ser animales y comportémonos como gente culta y civilizada. Mi hermano, que es productor de conciertos, tiene una anécdota muy impresionante: estando en el festival colombiano Rock al Parque, vio como, al peligrar varias filas de gente enfrente del escenario, los organizadores dijeron; 'Por favor, todos demos un paso atrás'. Sin chistar, miles de personas se movieron al mismo tiempo y el show continuó sin problemas. En México estamos a años luz de ese nivel de respeto.

En fin, todo se resuelve con dedicación e inteligencia. Con interés por hacer eventos profesionales y no al aventón. Si alguno de ustedes ha ido a un concierto en otro lugar del mundo sabrán, y apreciarán la diferencia. Entre el Vive Latino y Coachella solamente existe la mentalidad de hacer bien las cosas. Entre el Pasagüero y el House of Blues, también.

La última palabra está en el público. Hace unos cuantos posts, alguien comentó: 'no te claves en las cosas que no importan como la organización, y clávate en los buenos shows que dan los artistas'. Disculpen, pero sin la organización, los artistas no podrían siquiera pararse sobre el escenario. Y hasta ahora, sólo los artistas han cubierto decorosamente decenas de errores de organización que facilmente hubieran terminado en eventos fracasados.

Y ahora, a uno de esos eventos bien librados...

Un Teni resultó ser una sorpresa agradabilísima. Con una onda estilo CBGB, salieron al escenario con sus sintetizadores maniáticos, lentes oscuros y suéteres nerd para rockear bien y bonito. Detallazo retro el uso de tres coristas a la usanza del soul, y estructuras musicales más complicadas de lo que parecían. Ojalá sigan esa experimentación hacia rolas más precisas, serán un hitazo pop.

Luego subieron los Hello Seahorse!. Mucho había oido de ellos, el disco me parece bonito, sin muchas pretenciones. En vivo son eso básicamente, sin pretenciones y ese es su defecto. Vaya, no hay conexión con nada, son canciones 'lindas' sin mucho contenido ni carnita. En un punto, alguien detrás de mí dijo: 'son rolas felices, pero que no trascienden'. Me pareció que incluir la trascendencia en el asunto fue un paso demasiado ambicioso, pero tiene razón. Mientras que bandas como Belle & Sebastian o los They Might be Giants también hacen rolas alegres, sus ideas los llevan a trascender lo banal que puede ser la felicidad.

Y para cerrar con broche de oro: The Whitest Boy Alive. El disco me parece finísimo, pero en vivo son brutales. La banda lidereada por Erlend Øye son un grupo de europeos locos, virtuosísimos que no dejan de divertirse en ningún momento. Tocaron todo el Dreams en versiones para morirse de emoción. En concierto le inyectan a las canciones un estilo funk y dance muy grueso, tomando en cuenta que todo está tocado en vivo. Sebastian Maschat en la batería, y Daniel Nentwigen en los teclados son unos genios a los que no se les va un beat, un sonido. El bajo de Marcin Öz es ponedorsísimo, cochinón, y bueno, Erlend Øye es el indie rockstar por excelencia.

Además de sus rolas, los chicos sumamente blancos se aventaron los covers más excelentemente disímiles de todos los tiempos: Music Sounds Better With You, de Stardust, por ahí un 'sampleo' de The Police, Harder, Better, Faster, Stronger de Daft Punk y Wicked Game de Chris Isaak. Todo esto a un ritmo de house puro que no dejó de mover mis pies mágicamente. El show fue para arriba arriba arriba tacha tacha tacha y para el final, todo el Pasagüero gritaba, aplaudía, y sonreía de placer. Maravilloso. Fue la despedida perfecta para The Whitest Boy Alive y por el look en sus caras, ellos sabían que nos habían hecho felices y ese es el mejor pago para un artista.

Øye en plena euforia musical, o locura por falta de sueño


Así como este post, un show consta de dos partes: el trabajo artístico y el fondo técnico del asunto. Ojalá se unan cada vez más en una sinergia disfrutable. El público mexicano, ya se sabe, es uno particulamente amoroso y leal. No hay que abusar de esa entrega, hay que regarla y ver florecer lo que puede ser la brillante escena musical que tanto tiempo hemos añorado.

marzo 02, 2007

NOTICIA
The Whitest Boy Alive cambia de locación, prueban mi punto



¿Cuál es cuál, cuál es cuál?


El evento del 3 de marzo ha cambiado de hora y locación, a dos cuadras del lugar original. Ahora el Chico más blanco se presentará en ese famoso bar de la calle de Motolinia conocido como Pasagüero. Ojalá y no sea ave de mal pasagüero. Juar Juar. Disculpas por el chascarrillo, pero vamos, hay que aprovechar la ironía del asunto.

Yo me enteré por estar inscrito a la lista de eventos del Pasagüero. ¿Cómo se enterarán los demás que compraron su boleto? ¿Se enterarán? Descúbralo en la próxima emisión de... ¡Misión Desorganización!